miércoles, mayo 09, 2007

Alejandría la rompe



En realidad de fantástico o de lo fantástico yo no tenía mucho conocimiento, Clari. Justamente recién le contaba a Don Niembro sobre lo bien que lo pasé anoche. Cierto, te habían gustado los Oníricos o por lo menos eso me dijiste para que participe esa noche. La verdad que me dio un cagazo enorme porque no sabía si podría ponerle la onda necesaria. Lo que requería.
Así que me la jugué (como habrás visto) Clari o, como dice Oyola, me quemé vivo. Me la jugué porque me dijiste "hacé lo que quieras" o "lo que te parezca". De a ratos me dio miedo que te levantes y me digas, "no Funes, eso es otra onda, acá no" pero aunque no pude ver tu reacción, terminé la lectura sin que te levantes.

¿Qué pasó?

Anoche, martes 8, fui invitado para leer un cuento fantástico en la Noche de cuentos del [A]*. La noche la organizaba Clara Anich así que los invitados (o creo que algo así) dependían de ella. No se bien, por ahí la estoy pifiando. Hubo muchísima gente. Tanta que me sorprendió encontrarme con Pablo Ragoni, un amigo que no veo ponele hace ¿4 años? (salvo el encuentro casual y efímero de hace 1 año en el hall del Purgatorio) sentado en la mesa de Viole y Sonia.
Había pensado que el Druid Inn podía ser el mejor cuento para leer. Uno que transcurre en un bar una noche de borrachera y festejo de Halloween un 31 de octubre ponele de 2003. Ese bar se dice irlandés así que esa noche la curten de "especial". Te juro que la del vikingo en pañales fue tal cual. No tenía pañales pero sí una pollera que mi capricho transformó en pañales. Y como había música celta o una banda en vivo o algo así (que para el 2003 estaba bien), me pareció que podía haber música de fondo.
Pero...
En Alejandría nunca nadie había leído con música de fondo. Yo no lo vi por lo menos. ¿Me equivoco, Clari? Decíme así Don Niembro entiende bien cuando lo lea.
Y qué mejor que el rock progresivo de Dream Theater para contar el pedo que tenía el narrador. Uno instrumental, eh, Erotomanía, porque hubiera sido un quilombo de novela si no. Me hubiera gustado que esté David, el que me tiró el tema y me partió el bocho, pero el pendejo tenía que ensayar (no sabés cómo le da a la viola).
Cuando Juanjo me dijo, "che vas a tener que hablar fuerte porque la música te va a tapar la voz" pensaba éste me está dando una llave para abrir la puerta que estaba buscando. Y muy adentro mío, Clari, ¿sabés lo que pensé? "A estos les rompo todo a los gritos".
Después me dijeron: eso fue eufórico.
No se. Yo pensaba "a mí no me digan nada, Juanjo me dijo que hable fuerte así que arreglensé con él".

Ah... pero qué lindo, Don Niembro, si hubiera estado. Transpiraba salud. Y con la gripe que tenía... la adrenalina que circuló por todo el cuerpo me dejó nuevo... Y pensar que Valeria me iba a comprar unas pastillas para que deje de estornudar... después de cagarme a pedos porque no leo el prospecto (¿te suena, mi Reina?)
Mire Don Niembro; a Lunita le gustó. Y eso ya es mucho decir. Porque me vuelve loco y sus críticas las apunta con láser, eh. Pero con su aprobación, ya estoy listo. La verdad que la próxima vez, querido, véngase y tómese un café con leche en mi mesa (sale $ 4 y viene poderoso). Por ahí, si no le gusta mi lectura, puede llegar a pasar como anoche, que conoce a una encantadora escritora como Liliana Bodoc y eso, eso paga su café y el mío, Don Niembro.

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