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lunes, julio 02, 2007

Nuevo día, nueva hora, nuevos rivales

Estadio
Sheraton´s
Formaciones
Equipo Retador
1) Funes
2) Robertson
3) El Colorado
4) Saimon
5) El Jefe
Equipo Retado
1) Jota
2) Ariel
3) El Largo
4) Pablo
5) Matías
Estado del campo
Muy bueno
Tiempo jugado
80 minutos
Temperatura
10 º C promedio
Público
a puertas cerradas
(después del episodio Mataderos
no se quisieron correr riesgos)
Calificación del Partido
Excelente
Amarillas
No hubo
Rojas
No hubo
Mejor jugador
Jota
Resultado
Retador 8
Retado 13

Se había calentado bastante en la previa. A Jota lo había desafiado a que trajera vaselina para reempujarle los pelos del culo para adentro pero el resultado, la realidad, el asunto fue que quien terminó con los pelos del culo bien adentro, fui yo.
Seguimos con problemas de convocatoria. Y los días y horarios que elegimos no son los mejores tampoco; domingo a las 22hs. ¿Quién puede? Bueno, nosotros, con mucho esfuerzo, es cierto, pudimos.
El previo
Estuvo muy bueno empezar con un equipo que me pareció una selección. Aunque no están en buen estado físico las potencialidades de los jugadores que elegí para el reto con Jota suenan esperanzadoras. Debo aclarar que al Colorado no lo elegí pero mostró unas pinceladas que me llevaron a obligarlo a venir la próxima: domingo 20 hs. Un horario más gay friendly, ¿no?
Si bien empezamos tarde, estuvo mejor porque dos se perdieron y no encontraban la manera de llegar o simplemente salieron tarde.
La gordis nos dejó jugar un rato más de una hora y eso estuvo bueno, la próxima, en el horario que le pedimos, no creo que se pueda repetir porque está bastante requerida esa cancha.
Lo único que me mata seguido en estos días es el frío. La verdad que en cortitos, es lo menos.
Puntapié Inicial
Arrancamos perdiendo por 5 goles. Estuvimos bastante lentos para acomodarnos porque ni nos conocíamos (sirve como excusa y no sirve como excusa); Saimon y El Colorado abajo, Saimon como un Sorín rejuvenecido y Pablo como último hombre; Robertson de famoso enganche y El Jefe recibiendo arriba para embocarla adentro.
El equipo Retado iba con Ariel y El Largo abajo, Ariel como último hombre y El Largo de a ratos defensor y de a ratos enganche (jugaban sin un mediocampista); y con Pablo y Matías como Messi y Saviola: dos enanos irrespetuosos e imprevisibles.
El resultado del principio lo dice claramente: por lejos, su propuesta fue la más inteligente.
Y además, el Famoso arquero Funes hizo agua en el arco... los cinco goles en otro momentos, de mayor fama, los hubiera atajado. Pablo y Matías pateaban a los palos, del lado de adentro, y, aunque estaba parado y mirando cómo venía la pelota; apenas podía atajarlas verlas entrar.
Un papelón. Tanto que Robertson pidió atajar y salí a jugar al medio como enganche-delantero.
Cuando se cansaron, remontamos apenas con un par de goles y un juego más seguro, de toque, con El Jefe armando la jugada y yo terminándola. Pero también estaba conociendo a quien sería la figura de la cancha; Jota sacaba todo lo que le tiraban (si bien muchas iban al medio) y descolgaba centros o se anticipaba jugando de último recurso o líbero: una fiera.
Nunca nos dejaron acercarnos a más de 2 goles de diferencia que fue cuando nos empezamos a sentir más cómodos con nuestras posiciones y cuando Saimon empezó a resaltar con su rapidez y juventud. Corrió por tres jugadores y de a ratos tenía aire para armar ataques o tirar pases gol.
El equipo Retado hizo todo lo que tenía que hacer y hacia el final, la puntería de sus dos delanteros terminó de cerrar el partido: efectividad 95%. Increíble. Pablo y Matías recibían casi solos después de que El Largo se armaba una situación de gol apilando jugadores; la tiene atada y la suelta dejándote mano a mano con el arquero.
Promesas y cantitos
Para el domingo que viene no hay "desafío" pero se mantienen casi los mismos equipos. Hay que pensar en correr en la semana y darle tiempo al Retador para que mejore; el probable equipo tiene nombres rutilantes pero están fuera de ritmo. El equipo Retado no tiene casi fisuras... tal vez, más adelante, sienta que se confía demasiado pero su efectividad es tan marcada que no hay (hasta ahora) un problema en esa característica. Lo bueno, para nosotros, es que cuando se gritan pueden desconcentrarse y eso, en el fulbito, es definitorio.

martes, mayo 22, 2007

Fútbol de lunes

Estadio
Marangoni´s
Formaciones
Equipo Del Norte
1) Santiago Vladimir Llach
2) Ezequiel Checho Schneer
3) Hernán Largo Vanoli
4) Lucas El Paragua Videla
5) Juan El Jefe Incardona
Equipo Del Barrio
1) Funes Cero Pullmones Oliveira
2) Juan Rhino Terranova
3) Miguel Patrón Rosenzvit
4) Pedro Canonnieri Mairal
5) Facundo El Tractor Gorostiza

Estado del campo
Arenoso
Tiempo jugado
90 minutos
(al ser los últimos en alquilar cancha,
jugamos hasta que nos apagaron la luz)
Temperatura
7 º C promedio
Público
1 espectador
(que se fue a los diez minutos de juego;
era tarde ya)
Calificación del Partido
Excelente
Amarillas
Vladimir
(reiteración de faltas)
Rhino
(pedirle demás al árbitro)
Rojas
Ninguno
Mejor jugador
El Tractor
Resultado
Del Norte 14
Del Barrio 8

O como dijo el Checho: se duerme uno y se despierta el otro

Arrancamos con muchas ganas de jugar. Hacía más de 3 meses que no jugábamos juntos así que muchos estábamos desconocidos... ni hablar de los que no podían moverse o los que le pifiaban el pase. Pero eso al principio. Porque después, se bajaron los ánimos, postings y emoción para darle lugar al fútbol.
Al principio, de la mano del Tractor, Del Barrio arrasó con todo lo que se les ponía enfrente. Con el Rhino abriendo las marcas y Canonnieri yendo de un lugar a otro, el partido parecía muy fácil: 4 goles arriba en los primeros diez minutos.


Pero como decía, estábamos fríos. El equipo Del Norte empezó con Vladimir a media máquina. Después, cuando se acomodaron, Checho y El Largo se ofrecían como enganches carrileros mientras que El Paragua hacía el aguante por el medio. Del norte le servía pases simples al Jefe quien los transformaba, cual artesano de la materia prima, en jugadas de gol pero el marcador no les sonreía todavía.


El ritmo era lento, el frío se hacía notar en cada pique y los cuerpos apenas trotaban debido al congelamiento. En mi caso, siquiera me agachaba. Tuve un par de pelotas en los palos que me tuvieron como el primer espectador.


En ese ritmo se fue desenvolviendo el caramelo. Como dijo Vladimir, les mostramos el dulce. En el momento en que se despertó el equipo Del Norte, que perdía por cuatro goles, tuvieron una remontada de esas ideales. Igualaron y sacaron 5 goles de ventaja. Toda una hazaña. Del Barrio no tenía suerte ni en los rebotes. Del Norte la embocaba de cualquier ángulo.


Hubo lindos goles, tampoco vayan a creer. Hubo muy lindos goles. Uno de los memorables fue el del Canonnieri: contados por el alcanza pelotas fueron 37 rebotes en el área chica del equipo Del Norte hasta que por fin Canonnieri encontró un huequito y filtró la redonda hasta el grito desaforado de todo Del Barrio.
El gol del empate. Otra remontada, esta vez de Del Barrio, ponía el mote de Excelente al partido de lunes por la noche madrugada de martes.


No hubo juego brusco salvo algunas patadas y empujones que corresponde a quienes juegan al fútbol y no a las muñecas. Más de uno, que conozco de mi barrio, se hubiera puesto rojo de histérica. Nosotros no; calladitos la boca, levantamos el polvo del ida y vuelta sin la queja lastimera de gorda y su tetera. Hubo momentos de furiosa adrenalina, empujones y hasta dos amarillas pero anoche había una cosa que estaba clara, había que jugar y ganar.

El partido se metió, durante 15 larguísimos minutos, en un tubo de viento en el que apenas se podía respirar. Ida y vuelta, ida y vuelta. Goles, patadas y goles. Ventaja de uno, iguales, ventaja de otro, iguales... y así.

El Tractor fue la figura del partido. El Patrón armaba y ordenaba el equipo, El Tractor corría, el Rhino marcaba y el Canonnieri cerraba casi todas las jugadas de gol; Del Barrio tuvo inmejorables situaciones que no pudo resolver. Del Norte no perdonó ese detalle.
A la mitad del partido, me cansé de recibir goles porque no me movía más que una babosa y salí a jugar. Me había olvidado un pulmón en casa y una previa cópula me había quitado las fuerzas varoniles necesarias para ir al un cruce y ganar, sin embargo, el Rhino se quedó en el arco y tapó muchísimas que podrían habernos dejado sin chances mucho antes. Después se fueron turnando los arqueros en Del Barrio. Yo no iba a atajar más.

Del Norte fue sólido cuando se lo propuso. Tuvo un Checho que no desperdiciaba energía y con sus amagues y arranques cortitos tenía un arma infalible para armar una jugada. Para terminarla, nadie mejor que El Jefe, pero las capacidades técnicas de Del Norte no escamotearon cuando debieron levantar el resultado y hasta El Paragua, relegado a la función de central y motorcito del equipo, no se puso colorado al momento de asistir o marcar goles. El Largo armó con Vladimir y entre los dos se plantaron como la dupla creativa que exigía a Del Barrio contenerse y apostar por el contrataque. De a ratos funcionó, de a ratos no.


El juego fue de lo mejor que tuve en meses y sí, los pulmones y las piernas se convirtieron en arena que otros jugadores, también duchos en este hermoso deporte, pisarán para tirar un caño o lastimar un tobillo.
Por lo pronto, el próximo lunes, tenemos una cita con el invierno encantador y los que fuímos anoche ya lo sabemos.

jueves, febrero 01, 2007

Lesión cerebral nos quedó

Estadio
Marangoni´s
Formaciones
Equipo Azul
Lucas Llach, Ezequiel Esnaola, Octavio Lo Prete, Pedro Mairal, Súper Loyds
Equipo Blanco
Funes, Santiago Llach, Federico Llach, Felipe Llach, Lucas Videla
Estado del campo
Regular.
Tiempo jugado
45 minutos
(se demoraron el comienzo y los cambios además del tiempo de recuperación de los lesionados)
Temperatura
32º C promedio.
Público
10 espectadores
(que aparecieron luego de los cambios; con la presencia de los Ballacks)
Calificación del Partido
Malo
(siendo optimista)
Amarillas
Felipe Llach
(reiteración de faltas)
Rojas
Ninguno
Mejor jugador
Ballack
(valió por dos)
Resultado
Primer partido
Azules 11
Blancos 3
Azules 1
Blancos 3

Lesionados

Se fue lesionado Ezequiel. El tobillo. Anduvo con bota el findesemana y parece que se lo complicó. Una cagada. Loyds justo me decía, qué garrón lesionarse justo antes de un viaje. Ezequiel viaja. Y Loyds también. Al Súper héroe de las Pampas le sacaron, vía télex, el pase a España. Linda patadita le dieron en la rodilla. Et moi, para no ser menos, me lesioné la clavícula. Apenas puedo girar la cabeza que se me estiran todos los músculos del cuello. Parezco una momia. La mierda misma, el dolor. Por eso decidí que el próximo jueves, hago fútbol, no puedo ir al arco, muchachos.

Camisetas

Algo inaudito para mí. En mis años de potrero no me había pasado: cambiarse las camisetas para reconocernos. Unos de azul y los otros de blanco; sin excepción. Algunos se cambiaron las camisetas con los otros para que se pudieran entender o reconocer... pero digo yo... después de un ratito, ya sabés con quién jugás y con quién no...

Partido

Y fue una cagada. Porque las lesiones, el calor y la diferencia entre los equipos se hizo notar tanto que hizo un partido un poco aburrido. Ahora, lo cierto es que tampoco fuímos con muchas ganas. Corrimos todo pero algo faltó, algo de sangre, no sé. ¿Quién sabe qué pasó ahí?

Próximo partido

Aparentemente hay bajas... muchas. Es cuestión de hacer cálculos, quiénes quedan y quienes no. Lo cierto es que por ahora jugamos el jueves y probablemente no vayamos a Marangoni´s; un desierto inmenso se encarga del espacio, ojota a su casilla de mails.

Atención

Como Funes se lesionó el hombro y no puede atajar... apenas puede dormir del dolor, se asegura su presencia si aceptan que no ataje en todo el partido. Espero confirmaciones.

viernes, enero 26, 2007

Agarráte, hermano querido

Volvió el fulbito de los jueves,
señores

Estadio
Marangoni´s
Formaciones
Equipo banca
Santiago Llach, Lucas Llach, Felipe Llach, Federico Llach, Justo Lo Prete
Equipo punto
Funes, Fabián Casas, Martín Llambí, Samu Eto´o, Tongas
Estado del campo
Regular
Tiempo jugado
55 minutos
(el partido fue suspendido por algunos incidentes entre algunos jugadores y debido a la confusión y el revuelo se aguardará la presentación del informe del Veedor del Partido para presentar una crónica justa, responsable e imparcial)
Temperatura
30º C promedio
Público
3 espectadores
(al momento del incidente ese número se multiplicó)
Calificación del Partido
Muy bueno
Amarillas
Ninguna
Rojas
Llambí, Martín (juego brusco)
Lucas Llach (reacción desmedida)
Mejor jugador
Samu Eto´o
Resultado
Equipo Punto: 11
Equipo Banca: 7


O eso pareció decir mi hermano, mi amigo, mi par, Santiago Llach cuando le dijimos, en un momento del pasado miércoles, "vamos 5 arriba". Y fue así que parejos, atentos, regulares, suertudos y firmes, nos comimos al cuco de la familia unitta que nos enfrentó con un excelente y vistoso juego individual pero mezquino y preocupante movimiento grupal.

Hoy somos nosotros los que gozamos. Los tuertos que son reyes entre ciegos. Los rengos que se sacan las piernas del plástico más berreta que la obra social nos pudo conseguir... para festejar con alegría la victoria que nos llevamos el pasado jueves.

Todos saben que mis crónicas son objetivas, o lo más cercano a esa falacia que se me pueda ocurrir, pero el jueves pasado, querido, les dimos EL pesto... tanto que ni yo me reconocí, mirá.

El Equipo Punto, estaba comandado por Llambí. Marcaba el ritmo y te arrancaba la nuca si te equivocabas o te distraías. Se puso la cinta de capitán y la flameó todo el partido con infranqueable autoridad. Tongas fue el motorcito de la defensa y el medio campo, tanto, que cuando se perdía nuestro medio campo era un colador. Fabián se encargó de pedirla siempre y, lo más importante, de generar claros y mostrarse libre arrimando peligro al arquero volante del Equipo Banca; por supuesto, marcó varios goles. Samu, la figura de la cancha, con su aguja bien pinchuda, tatuó el arco y escribió "adentro!" porque mandó a guardar 9 de 10 que pateaba (sea de dónde y cómo sea). Y mi función, desde el arco, fue la de tapar un par de pelotas (literalmente un par, tuve varios errores y hasta regalé dos goles) que estimularon al equipo para dar más de lo que supuestamente íbamos a dar.

Eso. Que antes del partido, por las listas de buena fe, dijimos: estos nos florean el orto. Sin pena, sin escándalo, sin reclamo alguno: a bajarse los lienzos.

Lucas, quien por su pegada suave y lujosa me recuerda a Beckham y, por consiguiente, a Maxi Beckham, era la luz del equipo, la sorpresa y la vehemencia porque su polenta te levanta aunque estés medio muerto. Santiago, siempre patrón, siempre capitán, es el que se anticipa a la jugada, un cerebro bien despierto que mágicamente conoce el lugar donde ubicarse para ser inrrastreable. Federico me hace acordar al Payasito Aimar, por lo liviano, lo jugoso de su fútbol y la definición exquisita que marcó la diferencia adelante. Tito, sin mala intención (o sí, quéjoder) se volvió un pedo en la nariz: un insoportable. Iba y venía, estaba allá, te marcaba acá, corría, se paraba, te seguía, no te seguía y vos dudabas por qué no lo hacía, amagaba. Una mosca bien verde, ruidosa. A Justo no lo había visto jugar nunca pero de a ratos en el partido se notó su ausencia, supongo que por razones físicas. Y aquí está la clave: el equipo de los hermosos y famosos, según calificó alguna vez el diario Olé, no pudo jugar en equipo. Excelentes individualidades no pudieron procrear situaciones grupales de riesgo.

Tenían todo lo que se necesitaba... o casi: les faltaba un Llambí, un técnico adentro de la cancha (a falta de uno afuera en este tipo de enfrentamientos). Les faltó coordinación (imperdonable en fúlbo 5), calma y regularidad. Cuando se vieron arrinconados por el marcador que se ampliaba llegando a los minutos finales, el factor concentración comenzó a establecer la diferencia.
El Equipo Punto parecía Robocop. Apenas se movía en vano, apenas una sonrisa (es cierto, de a ratos faltaba alegríanotemfin), apenas alguna jugada riesgosa (también es cierto), concentrados como soldados Alemanes y jugando seguros, muy seguros.

Y salió a la perfección: un mecanismo inquebrantable. Hubo momentos de gran fútbol. Momentos de idayvuelta. Momentos en los que había que ser bien machito y tener unos huevos así de grandes para no perderse. Ambos equipos, Punto y Banca, fueron bien machitos.
Si alguien lo hubiera filmado... bue... si alguien... no, claro, es una pelotudez: pero fue un gran partido.

(¡¿Quién nos va a filmar?! Además, ¡¡¡¿Para qué?!!!)


*

viernes, febrero 17, 2006

Futbol de jueves # Tres

Ayer victoria al fin. Bien. Pero como siempre, emulando al Frankestein de Mary Shelley.
Teníamos desventaja numérica (uno menos) y eso, según Martín A, a veces te juega en contra y otras te juega a favor. Dice que a nosotros nos jugó a favor ese hecho; "la heroica" la llamó. El Revolucionario se puso el 2 en la espalda y Martín O se armó todo; Martín O el Armador, no queda mal. Para mí, la clave fue anular al cerebro del otro equipo: El Jefe. No se fue con las manos vacías, me clavó dos cruzados que me dejaron con el culo mirando el norte.
¡Como me revienta el verano en las canchas de césped sintético! ¡Qué calor, hermano! Entre la arena que se te mete por la raya del culo (en mi caso por revolcarme) y el encierro de esa cancha en particular; es tedioso el Open Garzo. La botella de agua nos salvó a un par. Igual, no safé: me raspé la pantorrilla, los bordes de la mano, los dos codos y me golpeé la cadera. Valentín me cruzó una y como me dejó sin reacción, la pelota pasó... pero se cruzó con mi mano izquierda y me dobló otra vez la muñeca. Me tienen de hijo las pelotas cruzadas, y El Jefe lo sabe, por eso me pasé la noche gritando "no lo dejen patear". Tengo que reconocer que cada vez que Superloyds apuntaba se me fruncía un poquito porque cuando la atajo (si la atajo) me hacen chispas las manos al choque con el balón. Ayer tuve suerte.
Lo que corrieron todos en esa cancha, no tiene nombre. Y fue tan chotante que decidimos cortarla porque no dábamos más. Me agoté en un par de quites porque no corría aire, había que encontrar oxígeno dónde sea: como los peces. Desde el arco podía ver como todos regulaban y marcaban jugadas seguras. Ninguno quería correr demás o desperdiciar energía. Y eso estuvo bueno, porque se hizo un partido "a dos toques" con algunas corridas de algún que otro sacado que veía un hueco pero que terminaba la jugada... nada de andar poniendo pases largos ni recorrer largas distancias con la pelota. Aunque se pierda en el alambrado, la jugada la terminaba el kamikaze.


Faltó uno. Alto garrón. Pero como dijo Casas: jugamos para pasarla bien. Y así fue.