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jueves, agosto 25, 2011

Prison Break

de ñoño que soy
me fijé en esto



El otro día hice maratón de FERNET. Me tomé como 6. Me comunicaron una noticia tremenda que, al otro día, me la desmintieron. El pedo me duró como 24 horas pero por suerte ya estoy de vuelta en el mundo real. Y por dos años no voy a tomar fernet.
En paralelo, junto con esa tres cuarto botella que me tomé yo sólo me puse a ver muchas películas y en la segunda parte de Mission Imposible, la que dirigió John Woo, lo encontré al protagonista de Prison Break. El forzudo, el hermano mayor, no el cerebro sino el muscle de los dos hermanos. El del carisma quien con su sola presencia te deja helado. Bueno, acá se lo ve, calladito, detrás del villano de Mission Imposible. Se lo ve acá y se lo ve en otra toma donde apunta a la zimbabuense Thandie Newton.

Y de eso es este post.


*


miércoles, agosto 24, 2011

Parlamento

Rápido y Furioso
cinco



Dejenme que les cuente una historia verdadera.
500 años atrás vinieron los portugueses y los españoles [a Brasil]. Intentaron quitarle el país a los... "nativos". Los españoles llegaron con un montón de armas para determinar quién era el jefe. Los... "nativos" mataron a TODOS los españoles.
Personalmente, prefiero el método que usaron los portugueses. Vinieron con regalos; espejos, tijeras, trinquetes. COSAS que los "nativos" no podían conseguir por su cuenta. Pero, para seguir recibiéndo esos regalos debían trabajar para los portugueses.

Y por eso todo el mundo habla portugués [en Brasil] hoy.

Ahora... si vos dominás a la gente con violencia... eventualmente van a hacerte la contra porque, claro, no tienen nada que perder.

Y ESA ES LA CLAVE.

Yo me meto en las favelas y LES DOY algo para perder: electricidad, agua corriente, escuelas para sus hijos. Y, justamente, por dejarlos probar una vida mejor: me pertenecen.


viernes, septiembre 03, 2010

domingo, junio 14, 2009

El monólogo del cura

demoledor
como siempre
Kaufman



En un entierro:

"Todo es más complicado de lo que pensás. Sólo se ve un décimo de la verdad. Hay un millón de pequeños hilos ligados a cada decisión que tomás. Podés destruir tu vida cada vez que elegís. Pero, a la vez, no lo sabrías ni en 20 años. Y tal vez, jamás lo rastrees hasta su origen. Y solo hay una oportunidad para actuarlo. Probá comprender tu propio Divorcio, vas a ver.
Y dicen que no existe el destino... pero existe. Es lo que creás. Y aunque el mundo siga girando por eones y eones vos estás acá sólo por una fracción de una fracción de un segundo. Y encima la mayor parte del tiempo te la pasás como muerto o ni siquiera nacido... pero, "mientras estás vivo" esperás en vano, desperdiciando años a la espera de una llamada, una carta o una mirada de alguien o algo para que lo arregle todo...
¡Y nunca llega! O parece que sí pero no sucede realmente. Así que te la pasás todo el tiempo en un vago arrepentimiento o en una aún más vaga esperanza de que algo bueno llegue. Algo que te haga sentir conectado. Algo que te haga sentir entero. Algo que te haga sentir amado...

Y la verdad es que estoy tan enojado. Tan triste. Tan putamente herido por tanto puto tiempo. Y durante ese mismo tiempo fingí que estaba tan bien... sólo para seguir, sólo para... No sé para qué. Tal vez porque nadie quiere oír mis miserias; porque ellos tienen las propias.
Bueno, todo el mundo... váyanse a la mismísima mierda. Todos.

Amén"



Synecdoche, New York
escrita y dirigida por
Charlie Kaufman



*

lunes, marzo 09, 2009

Transporter 3

Valentina, detrás del stunt man
y el señor Frank Martin



O mejor dicho, Natalya Rudakova (ay, mammma) y Jason Statham. Cuando pensé que no había vuelta atrás, esta saga resucitó. Me reconozco fanático de las piñas y los choques y las piruetas pero la 2 del pelado me había matado. Se tomaron una pepa y empezaron a dibujar animaciones por doquier que ensuciaban lo simple de todo este producto: cargar el baúl, llevar de A - B, vaciar el baúl. Hay dos veces, dos momentos, en los que no te cierra la peli. Y tiene una errata increíblemente obscena en la estación de servicio. Igual, solo para fanáticos de las erratas como quien suscribe. ¿Por dónde le agarré la mano antes? ¿Por abajo o por arriba del reloj? Mal ahí el Continuista (¿podés creer que tienen un trabajo para todo?).

Creo que casi todo es posible en esta peli. Creo. Eso es lo que te preguntás con esta clase de bicho cibernético: si no se estarán yendo un poquito a la mierda. Pero no. Tanto no. Y entretiene, claro. El tema del día no falta (lo que faltará es el agua en el mundo) así que decís "ay, qué lindos, contra la contaminación global". Pero la pesimista te ubica. Y esas gambas... mamá. Ya la veremos en bolas obligada por algún director más perversito. Después hay maniobras, piñas, tiros... al fin se habla de si es gay o no, un poco al pedo.

Es curioso; al que le salen los tiros no le salen los besos.
Pero me dirás vos, si la ves.



*

Pride and Glory

Ray y Francis Tierney, Sr
padre e hijo



O mejor dicho: Edward Norton junto a John Voight. El viejardo en una de sus mejores actuaciones. Otro muerto que revive. ¿Cuál fue su última película? Hay que comer, es cierto. Pero acá se pasa; la-des-co-se.
Hay varios lugares comunes y previsibles; es un policial, qué esperaban. Pero garpan, como siempre, las actuaciones. Las piñas en el Irish Eyes, así se resuelven los problemas. Los muchachos en el baño, la inocencia de los jefes (sí, claro), la pelada con su papel tan politicamente complicado, la plancha (fuerte, muy fuerte). Montones de escenas. Pensaba eso: cuántas escenas tiene esta peli. Es larga pero se deja llevar. De todas maneras, tirás un relojeo cada tanto: mirás la hora y decís "pero si pasa esto, acá se terminó la peli". Es como que tiene varios finales. Algunos disfrutarán más uno que otro.
Lo único malo es que al principio no entendés una mierda de lo que dicen. Por suerte es un policial y todo trazado se cierra en círculo. Pero igual, compliqueti.

Les contaría el final pero no sé con cual quedarme.


*

What just happened

Ben, Dick Bell y Scott Solomon


O mejor dicho: Robert De Niro, John Turturro y Stanley Tucci. Talentosos por donde los veas, te dan esa envidia sana que existe en los manuales del buen comportamiento. Pero lo mejor, lo mejor, es la cara de Robertito cuando no llega a ningún compromiso, como si le estuvieran metiendo un palito en el culo en cada escena. Un ridículo. Un pobre tipo. O la cara del Turturro y su dolor de estómago (una idea, pareciera, salida del cráneo de los hermanos Cohen) o el plot de la película de Tucci. Ese tipo tiene una cara de acero: se banca cualquier personaje.
Lo de la barba podría haber ido más lejos.
Lo de Cannes: me paro y aplaudo... ¡Qué final, mon dieu! ¡Qué final!
Lo de Keener, que atiende un llamado mientras caga, con esa hidalguía de quien tiene autoridad para hacer lo que quiera: me paro y aplaudo.

Y que termine como termina.
Bueno, veanlá y me cuentan.

*

viernes, abril 06, 2007

Quiero un papá...


No me vas a creer esto... pero me cabías justo acá, en esta mano. Yo te cargaba y le decía a tu mamá que Este Chico sería el Mejor del Mundo... Este chico será mejor que todos los que haya conocido. Y creciste bueno y maravilloso. Era un privilegio verte crecer. Y cuando llegó el momento de que encararas el mundo por vos mismo, lo hiciste...
Pero en algún momento cambiaste.Dejaste de ser vos. Dejaste que la gente te apuntara con el dedo y dijera que no sos bueno. Y cuando la cosa se puso difícil, buscaste algo que culpar. Como una gran sombra... ¿Querés que te diga? Y es algo que vos ya sabés: el mundo no es sol y arcoiris. Es un lugar muy malo y desagradable y no importa lo duro que seas te va a poner de rodillas y dejarte así permanentemente si lo dejás. Vos, yo, nadie pega más duro que la vida.
Pero no se trata de lo duro que pegues. Se trata de cuán duro te peguen y puedas seguir adelante. Se trata de cuánto aguantás y seguís adelante. ¡Así es como se gana! Ahora... si sabés lo que valés, ¡andá a buscarlo! Pero tenés que estar dispuesto a aguantar los golpes y no apuntar con el dedito y decir que no sos lo que quisieras ser por culpa de ese, aquella o nadie.
¡Los cobardes hacen eso y vos no sos así!
¡Vos sos mejor que eso!

Siempre te querré, no importa lo que pase... sos mi hijo... sos mi sangre... sos lo mejor que tengo en mi vida... pero hasta que no empieces a creer en vos, no vas a tener una vida..."

... como Rocky Balboa.

viernes, enero 19, 2007

...quizás... quizás... quizás

Para este fin de semana viene
El Resplandor, de Stanley Kubrick
Camino a la perdición, de Sam Mendes.

Flores Robadas en los Jardines de Quilmes, de Jorge Asís - últimas 10 páginas.
La Joven Guardia, Antología de cuentos, recién comprado.


Hace dos días que vengo viendo películas a troche y moche. Por eso estoy todo el día en casa. Limpiando, comiendo y mirando películas. Está bueno, son grandes momentos de la vida de un hombre.
Qué pelmazo.

Hasta ahora vi:
"Umbral" (Stay en el original)
"El Centinela"
"Mi Súper Ex - novia"
"El Hombre del Bosque"

Es que la Nati trajo una video cassettera. Y estoy como nene con chiche nuevo.

*

martes, julio 25, 2006

Tarnation by Jonathan Caouette

Todos tienen su película preferida... esa que te hizo llorar, esa que te hizo cambiar de hábitos, esa que te enseñó cuándo hablar cuándo callar cuándo gritar cuándo mirar cuándo saludarl@ cuándo besarl@ cómo besarl@ cuándo abrazarl@ cómo abrazarl@. Esas películas que ves solo y te querés matar. O que las ves acompañado y te querés matar. O que todos se cagan de risa y vos estás concentrado en la imagen, porque fumaste un porro del tamaño del fibrón de Pedro Picapiedra o tenés una sobredosis de antistamínicos y los labios te tiemblan pero no entendés nada o las letras pasan más rápido de lo que podés leer... y te querés matar.

Eso es lo que te pasa. Te sumergís. Dura un rato, un segundo, un minuto, dos... pero no más.

Cuando ves la película y luego el trailer pensás en todo un sinfín de imágenes que te gritan a la cabeza ¡aflojá un poquito! Tener la sensación de que las riendas se te escapan, que la piel te pica y no sabés por qué, la mirada de vaca, los ojos rojos y darte cuenta de que el pie lo apoyaste sobre un plato de salchichas con mostaza. Darte cuenta de las cosas, media hora después, una hora después, al otro día. Tarde.

Jonathan Caouette te cae cuando termina la película. Te explota en la nuca. Te duele toda la semana. Te agita hasta que no podés más. Te tilda. Te consume. Guillermo Hernández dijo que no fuera a verla. No le hice caso. ¿Cuántas películas te cambiaron la vida?

No es una película documental. No es una película personal. No es una película porque no es un video clip, tampoco. No es un llamado desesperado al amor. No es un testimonio de vida. No es la vida de un puto en Manhattan. No está loca como tu madre. No quiere zapallos; ¡la señora no quiere zapallos, que alguien entienda, por favor! No puede soportar el mínimo análisis convencional. No resiste que la comparen. No he visto nada igual. No puedo comprender algunas partes.
La vida de una persona, los 20 años que dura el trabajo del director recopilando films es un poco de todo. Los vicios (dicho por quién ama los vicios) no son eso que muestra. No son eso... me digo y quiero creerme. Quiero estar por encima de la película porque tengo miedo de caer en un living lleno de peluches y almohadones mientras mi hijo me pregunta cuál fue mi primer recuerdo de cuando entré al Neuropsiquiátrico.

Los detalles técnicos no tienen desperdicio. Los clips. Las fotos. La música. Las voces del contestador telefónico. Las películas del grunge y adolescente Jonathan que son horrendas. Que son horrendas, repito. Tienen, dentro del contexto global del film, una fuerza que arrastra cualquier sentimiento de compasión, de piedad. Uno tiende a insultar constantemente sus expresiones. Los giros a veces tan obvios, a veces sorprendentes. Su intimidad. Te obligan a putearlo.
La estructura de texto y sonido ambiente amateur. Cada rincón de la película tiene sus riffs, sus fotos guardadas amarillas, sus memorias.

Es contradictoria. Te hace reír mucho. De lo idiota que es todo. Que el mundo es una porquería ya lo sé, no me vengas a decir que soy un idiota porque me duele la cara de reírme por eso. Que a todos nos sobra creatividad, mirá mi bragueta (que parece un huevo kinder), que la vida hay que vivirla a costa de los esfuerzos, ya me da asco escucharlo, que somos mejor de lo que parecemos me lo dijo una abuela mientras yo le enchufaba un billete falso de diez pesos.
Tarnation no es Paulo Coelho, no es Bucay ni Bestiaria. No tiene optimismo. Pero de a ratos sí. No te dice la posta. No te creas que viene a salvarte la vida. No te viene a cubrir los agujeritos del corazón. No tiene perdón de Dios esta película... y es totalmente atea. O casi.

¿Entonces?

No queda más que mirar mirar mirar mirar mirar y mirar. Dejarse llevar. Ir al Cosmos. Un Cosmos que desaparece como el humo de la última pitada. Argentino Lamas se levantaría de la tumba para aplaudir pero se volvería a morir ante semejante discriminación. Y los cineastas están unidos... já. Claro, porque hay un cine argentino. Porque queremos filmar. Porque nos queremos. Porque nos convenimos los unos a los otros. Pero pagamos un Village más que un Cosmos. Y claro, si es más cómodo, más lindo, a los empleados los tratan peor, les pagan menos, el aire acondicionado funciona mejor, las colas de las promotoras son más duritas, ¡en el Village hay promotoras! y en el Cosmos no, sale más barato con el carnet de estudiante, mejor relación precio - calidad, claro. Entonces, cerremos el Cosmos. Antes, bórrenlo de la lista del Festival de Cine, a ver si lo mancha todavía.

Tarnation habla de cine. No habla de otra cosa. ¿Y quién no ha disfrutado de una película cada vez que habla de cine?

Jonathan Caouette
director - guionista
música original