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viernes, enero 22, 2010

Qué leer en el verano...


[ . . . ]
Buscar un libro con tiempo hace que me ponga un poco ansioso y me desespera pero a la vez es una sensación que me carga de una gran expectativa que me permite estar con los cinco sentidos alerta al momento de abrir el libro; desde olerlo hasta acariciarlo, hago varias cosas raras, bien de freakie, cuando tengo un libro en la mano. No recomendaría hacer las cosas que hago con los libros. Mucho menos si después, algún amigo que lee esto, va a pedirme alguno prestado.




*

viernes, agosto 31, 2007

Es durísimo...


...verse reflejado en un libro tan duro como este:

[...] Arreglármelas solo desde joven no me convirtió en un hombre sin miedos. Todo lo contrario, me convirtió en un mono enloquecido, en un animal que ataca cuando se siente acorralado. O incluso antes [...]


La ley de la ferocidad - Pablo Ramos - página 77

domingo, julio 08, 2007

La verdad no ofende

"Lo que quiero decir es que esto es América. Uno empieza con las pajas y llega a las orgías. Uno se fuma un faso y termina pinchándose merca. Es esta cultura nuestra de: lo más fuerte, lo más rápido, lo mejor. La palabra clave es progresar. En América si tu adicción no se renueva y mejora constantemente, SOS UN PERDEDOR."


Asfixia
Chuck Palahniuk
Trad. Javier Calvo Perales
(con toques funesianos)
Ed. Sudamericana - Debolsillo

viernes, junio 22, 2007

Lápidas...

[... la escena transcurre en el Saint Anthony´s Residence -geriátrico- donde está su mamá internada y a quien trata de observar y oír con las cámaras de seguridad del lugar... ]

"[...] La pantalla muestra el jardín. Viejas caminando con andadores. Encalladas en la grava.
- Sí, sé criticar y quejarme y juzgarlo todo, pero ¿adónde me lleva eso? - sigue diciendo mi madre en off mientras el monitor cambia a otras salas.
El monitor muestra el comedor vacío.
El monitor muestra el jardín. Más ancianas.
Con esto se podría hacer una página web deprimente. La Cámara de la Muerte.
Una especie de documental en blanco y negro.
-Quejarse no equivale a crear algo - dice la voz en off de mi madre-. Rebelarse no es reconstruir. Ridiculizar no es reemplazar. - Y la voz del altavox se desvanece.
[...]
Y paso de un número al otro, buscando.
Su voz regresa en el número cinco.
-Hemos destrozado el mundo - dice -, pero no tenemos ni idea de qué hacer con los pedazos. - Y su voz se desvanece de nuevo.
El monitor muestra distintos pasillos vacíos perdiéndose en la oscuridad.
Su voz regresa en el número siete:
- Mi generación, la forma en que lo hemos ridiculizado todo, no ha hecho que el mundo sea mejor. Hemos invertido tanto tiempo en juzgar lo que otros creaban que hemos creado muy pocas cosas propias.
Su voz sale del altavoz:
- He usado la rebelión como una manera de ocultarme. Hemos usado la crítica como una falsa participación. Solamente parece que hayamos logrado algo. Nunca he hecho ninguna contribución valiosa al mundo.

Y durante diez segundos, el monitor muestra a mi madre y a Paige en el pasillo justo enfrente de la sala de manualidades.
La voz de Paige se oye chirriante y lejana en el altavoz:
- ¿Y qué hay de su hijo? [...] ¿Qué hay de Víctor?
[...] Y la voz de mi madre dice:
- ¿Víctor? Está claro que Víctor tiene su propia forma de escaparse.
Luego su voz en off se ríe y dice:
- ¡Tener hijos es el opio del pueblo! [...]"


Asfixia de Chuck Palahniuk
Trad. de Javier Calvo Perales
(Ed. Sudamericana - Debolsillo)

viernes, marzo 02, 2007

Traiciones de Ana Longoni

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[...] Víctimas y héroes
El discurso hegemónico en los años 80 sobre lo ocurrido en el período previo se erigió sobre la "teoría de los dos demonios" que ubicaba a militares y guerrilleros en un plano de simétrica exterioridad respecto del conjunto de la sociedad argentina.
La estrategia jurídico-política del movimiento de derechos humanos en las condiciones de esa coyuntura precisa fue omitir el reconocimiento de la participación de muchas de las víctimas del terrorismo de Estado en las formas de la violencia política de los años previos. En ese marco se explica la reivindicación de la figura del desaparecido como víctima inocente y absoluta, a costa de anular el reconocimiento (y el balance) de su condición política, su historia militante.
Graciela Daleo, sobreviviente de la ESMA, se refiere a la historia del desplazamiento u ocultamiento de la política y al efecto de despolitización que provoca la teoría de los dos demonios en el propio relato de los sobrevivientes, que deben callar su condición de ex militantes:

Uno sabe que durante la dictadura los organismos de derechos humanos no podían plantear la militancia del compañero por dos razones: en muchos casos porque los familiares ni lo sabían, pero en otros porque estaba el tema el "desaparecido culpable" y el "desaparecido inocente". Nosotros tuvimos que ocultar nuestra condición de militantes políticos revolucionarios en los ámbitos
internacionales, porque si habías sido torturado y secuestrado porque eras montonero, estaba bien, pero si eras un chico de la Juventud Peronista, no. Cuando tanto los que nos fuimos al exilio como los que estaqban acá tuvimos que declarar en el Juicio a los Comandantes, tampoco podíamos plantearlo porque íbamos presos. (*) [...]

[...] En ese marco, desde mediados de los años 90, ganó mayor fuerza entre los activistas de derechos humanos la figura del desaparecido como militante, muchas veces reividicado como héroe de manera acrítica y mitificada(*). Y aquí, como veremos más adelante, la palabra del sobreviviente nuevamente estorbaba en la medida en que su relato presentaba un panorama mucho más complejo y enmarañado que el del mito heroico. [...]
[...] Tanto el desaparecido entendido como mártir inocente como el desaparecido asimilado irrestrictamente al lugar del héroe no puede - en tanto desaparecido - correrse del sitial en que ha sido colocado, ni puede testimoniar. El sobreviviente, en cambio, aparece en este esquema como un héroe caído; se vuelve en esta lógica binaria la contracara del héroe: un tridor, y esa posición borronea su condición de víctima. A desentrañar esa arraigada asociación entre sobreviviente y traición es que está abocado en gran medida este libro. [...] - pag. 28

... porque no soy de regalar rosas, Lunis, pero algo es algo...