viernes, septiembre 07, 2007

Por suerte hay otros 24 más


[...] Le dije a Adrián que le dijera a esa señora terrosa que dos con cincuenta no le iba a alcanzar; necesitaba treinta centavos más. Adrián, incómodo, obedeció.
-¿Y no me ayuda, don? - preguntó la torturadora de mi caniche.
-Claro, claro, cómo no - y aparté ligeramente a Adrián con mi único brazo libre -. Aquí tiene tres pesos, deme todas esas monedas, todas y cada una; muy bien, muy bien, todas las monedas, ¿segura que no tiene más?
-No, don, para el tren nomás.
-Muy bien, muy bien. Entonces ahora cruce la avenida y se mete en la estación Bulnes de la línea D, ¿me sigue?, la que dice "Trenes a Plaza de Mayo". Se sientan usted y sus hijitos, ¿son sus hijitos, estos? - "Sí, don" - y todos tranquilitos y en silencio esperan hasta que el subte llegue al final del recorrido. Van a salir directo a la Plaza de Mayo, que es exactamente al lado de la estación Pacífico del tren, ¿está bien? Usted no le pregunte nada a nadie y hágame caso, ¿entendió? ¿Segura que no tiene ninguna moneda más, aparte de estos tres pesos?
-Sí, don, Dios lo bendiga, gracias perdón - y quiso tocar a Cipriano, pero lo aparté [...]
Nicolás Mavrakis
Palermorama en seis vuelos rasantes
(Palermo)
Buenos Aires / Escala 1:1
Editorial Entropía
página 153

3 comentarios:

lenguaviperina dijo...

cuento sólido el del griego

Unknown dijo...

a mí me pareció una verdadera cagada
por eso digo que hay otros 24 más
que si no
alto garrón

zoabra

Nicolás Mavrakis dijo...

Envidioso.