Mi primera mañana en Bogotá fue asombrosa.
Iba caminando hacia la plaza Simón Bolivar, pero al llegar estaba vallada. Pasado el control, pude pasar igual.
Noté entonces que alguien estaba dando un discurso sobre una tarima, no en un balcón. Lo primero que pensé es que sería el profesor Moncayo. Me emocioné muchísimo, este hombre es una suerte de héroe Nacional: lleva caminados cientos de kilómetros pidiendo un acuerdo humanitario que le devuelva a su hijo, quien fue secuestrado hace 9 años.
Pero el que hablaba no era el profe, sino el mismísimo Presidente de la República, ¡Alvaro Uribe!
¡No lo podía creer! Después de meses de verlo en los diarios colombianos, lo tenía frente a mí.
Uribe hablaba de la charla que acababa de tener con el profe, recién llegado de no me acuerdo dónde. Contó de las diferencias, del mutuo respeto, bla, bla, bla. Lo asombroso es que estaba abajo, ahí nomás y no en un balcón.
Fue entonces que vino lo mejor: algunos empezaron a quejarse que lo que decía era mentira. ¡¡¡¡¡¡Para qué!!!!!! ¡¡¡Que carácter que tiene este hombre!!! Señaló a una estudiante, y le dijo que subiese al estrado, para "hacer democracia". Era una estudiante de política, que como mucho tendría 22 años. Al igual que el presi, la niña tenía su carácter y empezó frente a la multitud a enumerar una serie de cosas que el presi se encargó de refutar: que cada vez se invierte más en armas, que porque la buena relación con EEUU, que las fumigaciones nocivas a las plantaciones de marihuana y no la extracción manual. Y claro, la gente ingenua como yo quedamos estupefactas de tamaña discusión, como si estuviéramos en una plaza griega. Y es que Uribe no da puntada sin hilo, obviamente quedó excelentemente bien parado y sumó un poroto.
De pronto, de la nada salió a su encuentro el profe. La gente lo ovacionaba. Uribe lo invitó a contar su versión.
Es increíble la fuerza de este hombre. Entre otras cosas, al pasar dijo: no estando ya el ojo, ¿de que sirve Santa Lucía? (patrona de la vista).
Hizo referencia a los 11 diputados muertos por las FARC. Las Farc le echan la culpa al gobierno de estas muertes, que los asesinos fueron del ejército, y el gobierno, al revés, le hecha la culpa a las FARC.
Seguramente a los diputados los mató la FARC, se dice que en venganza de la muerte de un importante guerrillero.
Pero en fin, de qué importa? Los diputados están muertos y ni Santa Lucía los puede volver a la vida!
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