Al día siguiente, lunes, entrevistaba al escritor Marcelo Cohen. Me había leído las setecientas veintitrés páginas de su última novela y estaba muy pendiente de esa nota. No por eso me había perdido la noche anterior, sábado, la fiesta por el cumpleaños de Miguel y por la primavera. Esa fue la primera noche de mi temporada en terminar de día, con el sol de un domingo muy esperado. Porque entre la fiesta y Marcelo Cohen, jugaban Boca River. Si no hubiera sido por el partido, dormía hasta que la cabeza no doliera. Pero, pero… [sigue acá]
Leído en Los Mudos
del 10 de octubre
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