domingo, diciembre 16, 2007

Hermosa Navidad

A 17 días

Sales de otra casa, Oh, Santo Papá de la Navidades
y a pesar del cansancio, de la noche larga,
Tu cariño es inagotable en este -tu- día del año.

Oh, Santo Papá de las Navidades,
A tu fiel amigo Rudolf,
le regalas tanto amor como a cualquier niño
y te lo agradece, iluminando con su nariz roja.

A 16 días

Estás llegando con tu risa grave, Oh, Santo Papá de las Navidades,
para hacer de éstas fiestas, tus fiestas,
nos recuerdas a tu amigo Jesús haciendo el sacrificio.

Oh, Santo Papá de las Navidades,
segundo rey de los judíos,
circuncidas a los niños elegidos con tus propios dientes
y logras con tu pompón que sonrían mientras tanto.

A 15 días

Ansioso y atolondrado, Oh, Santo Papá de las Navidades
que despiertas con la arena en la boca
del festejo por tu viaje, por los niños nuevos que alegrarás.

Oh, Santo Papá de las Navidades,
vuelve a nosotros oloroso y resacoso
de esas fiestas con enanos malvados, que en nuestras chimeneas
te haremos un festín de bienvenida, un festín de sodomía.

A 14 días

Espera sobre ese leño, Oh, adorado Padre barbudo
que mis ojos esperan reverdecer tu acalorado rostro
para que las noches y los días no crezcan en melancolía.

Oh, Santo Papá de las Navidades,
un retrato en mi chimenea, polvorienta, empalagosa,
recita el hambre de amor que me une a tu pompa y al lodazal
de tus gestos lentos y bonachones para un niño que se arrepiente.

A 13 días

Quisiera ser estrella, Oh Santo Papá de los cielos navideños,
para verte volar en tu carruaje de esperanzas y congratulaciones,
risotadas y fustazos que explotan en cada uno de mis inocentes poros.

Oh, Santo Papá de las Navidades,
viaja entre nubes de amor que desde mi estrella deseada
te enviaré un sutil guiño, una estrella fugaz, un ángel de la guarda
que alimente a tus renos inagotables y silenciosos.

A 12 días

Dibuja una rayuela, oh, Santo Papá de los buenos juegos,
con el líquido de las velas rojas de estos días, sobre mi dulce torso
mientras doblan con ternura las campanas navideñas

Oh, Santo Papá de las Navidades,
contagias el color de tus mejillas felices, el de tu ropa
y el de esas partes que sólo a mí me revelas.
No dejes que pase otro año para volver a hacerlo.

A 11 días

Atraviesa con tus regalos, Padre Navideño y promiscuo,
el pesebre sin Gaspar que se comió el perro,
norteamericano, republicano, perro beligerante y anodino.

Oh, Santo Papá de las Navidades,
vuelca tu sabiduría en mis raíces áridas amargas
que quiero ser grande para hablar de los niños;
de los que abusas con tu careta de payasoartista no puede crecer.

A 10 días

Flanquea mis nubes, Santo Padre Navegador,
con tus renos hambrientos de alegría y festivas sonrisas
que mi barrio y mi entero ser aguardan celar los regalos de mis amigos.

Oh, Santo Papá de las Navidades,
si no me traes lo que digo porque lo quiero con poco ahínco
voy a imaginar que llegarás, agotado, con la frente húmeda y febril,
a mi aposento, para descansar, dormir, oír; que mi regalo, mi regalo eres tú.

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