jueves, mayo 29, 2008

Un tipo que la sabe lunga


[...] Durante esos años —flaco y elegante— descubrí unas cuantas técnicas que el gordo roñoso que soy ahora (y que había sido antes) no conocerá nunca. La más importante ocurrió una mañana, y fue sin querer. Había pasado la noche drogado y me amaneció el hambre en la cabeza. Un hambre voraz y primitivo. Como ya era de día me vestí para ir a la redacción y de camino pasé por una panadería de la avenida Santa Fe. Yo estaba de punta en blanco, hermoso. ¡Ah, qué bien me quedaban los trajes en los noventa! Pedí media docena de medialunas y una empleada joven las empezó a poner en una bandeja [...]

la verdadera gran historia
sin censura
que salió el domingo en
la revista C de Crítica de la Argentina
Un pibe que de joven no tiene nada
pero como narrador le pasa el trapo a más de uno

[ historia completa ]


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ah, postdata: aguantá gordo querido que te están queriendo colonizar. "hambre voraz y primitiva" suena como la recalcada, cajetuda y olorosa concha de la lora... pero no te cortes los dedos hasta que consiga la maquinita que tiene Stephen Hawking para dictar los textos...
después hacé lo que quieras


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1 comentario:

Anónimo dijo...

que gordo groso casciari eh.
Su visión de los noventa tiene algo de la canción "cheques", del doble de los socios del desierto, no?