fragmento
Pero no puede ser
que me despierte así
soñando como un ortiva
más vale ser sonámbulo para eso
y.me.voy.derecho.a.la.casa.del.Kempi.a.contarle.bien.cómo.es.el.fato.y.a.dejarme.de.joder.
Decirle que yo soy el Julito, que tengo trece, que el instituto da ocote pero que si no echás moco ni te hacés odiar por nadie, casi todos los profes son pulenta.
Menos el ortiva de Ramírez,
más vale,
ese no se quiere ni a él mismo
y yo no tengo la culpa que uno pueda ser tan malparido de nacimiento nomás
porque te puede pasar
mucha cosa mala en la vida
pero ser mal llevado así,
ya da lástima el guaso.
Y no me voy a detener más
en ese sujeto
que no me merece
ni la más mínima
atención.
Bueno, y le digo al Kempi
que yo grité hasta desgargantarme todos los goles que hizo
y los de la selección también, pero más los de él
sobre todo porque es mi ídolo y yo también juego de diez.
Lo único que no me dejo el pelo largo
porque sino me sacan de raje del instituto.
También hablarle del tarrazo que tuve ayer,
que me fueron a salir dos figuritas de él
y eso sí que no lo podía creer
porque me han pasado cosas raras
en la vida hasta ahora
pero que te salgan dos
en un mismo paquetito.
Era la más difícil
y la única que me faltaba,
no se puede creer, loco.
Eso sí fue ocote, porque ya tenía todas las del metropolitano, y las de la selección, y lo tenía hasta el flaco fiero ese del técnico, que yo no entiendo cómo puede haber jugado tanto y ahora fuma uno atrás de otro. No te digo pitar de vez en cuando, pero prende de atres el vago.
Y bueno, no me voy más por las ramas
y le digo de frente al Kempi que así es la cosa:
el domingo es la final con los holandeses, pero la verdad que ellos no entienden nada,
y yo estoy dispuesto a regalar, o a sacrificar mejor dicho,
las dos figuritas con su estampa con tal que él hable conmigo unos minutos
y yo le pueda decir lo que me pasa.
A la final
de Kike Bogni
Ediciones Recovecos
Colección Fulbazo
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Comisión y Archivo Provincial de la Memoria
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atenti: el libro se regala
no se vende
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