lunes, septiembre 13, 2010

Resto del mundo

Por Maxi Beckham
publicado el sábado
en Perfil - Cultura



Por diversos motivos, tuve la oportunidad de estar en la Feria del Libro de Frankfurt, la más grande e importante del mundo, en octubre de 2008 y de 2009. Se trata de una feria de editores, agentes, representantes y profesionales de la industria, y más allá de algunas curiosidades, a lo largo del día los autores vagan por los inmensos pasillos sintiendo que están un poco de más. Allí se cierran contratos millonarios, se diseñan los planes editoriales del año entrante y, salvo alguna que otra charla pública, no hay mucho más para hacer. Y aunque este año la Argentina es el país invitado de honor (con lo cual es esperable que entre el 6 y el 10 de octubre los periodistas tengan algunas historias curiosas para contar, sobre todo con las polémicas que desde hace un año rodean la organización y exhibición del pabellón nacional), las cosas no cambiarán demasiado. Salvo para un grupo de dramaturgos, editores y periodistas que el destino quiso que yo integrara.

Hace un año me llamó el actor y director teatral Rafael Spregelburd diciéndome que le habían hecho la invitación más extraña que había escuchado nunca. Un conjunto de escritores alemanes le había ofrecido organizar un equipo de fútbol argentino para ir a jugar un desafío con la excusa de la feria: ellos se encargaban de los pasajes de avión y del alojamiento. Spregelburd, que hasta ese día no había tocado una pelota en su vida, estaba desesperado. Lo que sucedió después parece increíble, pero no lo es: una veintena de autores, actores y cineastas (entre los que figuran Federico León, Matías Feldman, Santiago Gobernori, Bernardo Cappa –el hijo del actual técnico de River Plate–, Agustín Mendilaharzu, Mariano Tenconi Blanco, Alejo Moguillansky) recogieron el guante y comenzaron a entrenar dos veces por semana. Al mismo tiempo, Washington Cucurto y Lucas Oliveira reunieron textos que cada integrante del Combinado Argentino de Dramaturgos (CAD) escribió sobre fútbol; la gente del Instituto Goethe los tradujo al alemán, y Elosía Cartonera imprimió, con la ayuda económica de la Cancillería, el libro resultante, que se presentará en la feria el 9 y se titula Resto del mundo. El Gobierno de la Ciudad cedió al CAD las instalaciones del Parque Sarmiento, el ex futbolista Alfredo Graciani asumió la dirección del equipo y Nike distribuyó la indumentaria completa para el partido, que se realizará el 8 de octubre en un estadio de Mannheim, una ciudad cercana a Frankfurt.

Luego de unos días de investigación, Spregelburd se enteró de que casi todos los países europeos tienen un equipo de fútbol de escritores. El de los italianos, donde juega Alessandro Baricco, lleva el nombre de Soriano Fútbol Club, y cuando se enteraron del desafío entre argentinos y alemanes invitaron al CAD a Roma, una semana antes de la feria, para jugar un amistoso. Pero el terror de todos parecen ser los alemanes, los últimos campeones europeos, que se toman el asunto tan en serio que tienen su propia página en Internet, donde suben los videos de sus partidos en los que rara vez pierden. Así que todo está dispuesto como para que el Combinado Argentino de Dramaturgos pueda vengar (con un poco de suerte a favor y las trampas que nunca faltan) la aplastante derrota del seleccionado mayor en el último Mundial. O, al menos, hacer un papel más digno que el equipo de Diego Maradona. Algo es algo.


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