paso a paso
Para no fallar en el súper siempre hay que ir listita en mano. Ir al súper con listita (y si es con carrito muchísimo mejor) es una de las pocas cosas que todavía se pueden considerar geniales. Entonces, la listita:
- dos zapallitos grandes
- dos cebollas grandes
- 5 pesos de queso fresco
- un jugo tang a elección
- 15 pesos de pechuga de pollo
- un tomate
- sal, pimienta, ají molido
Eso es todo, amigos.
Primero lo primero.
Ojalá tengas un wok, porque se cocina en un pedalín. Pero si no, podés usar una gran sarten (no lo recomiendo) o una olla popular (sí lo recomiendo). Aceite, un par de cucharadas choperas... digo, soperas. Que caliente. Endemientras, vas picando la cebolla. Bah, no picando, más bien cortás en trozos, que queden dos o tres pedazos bien grandes. Además de rápido, queda a la vista por si alguien no gusta de las cebollas. Picás el zapallito y metés todo a la olla. Lo calentás un Rattin (tapado, por favor) y al toque le agregás unas pizcas de sal, pimienta y ají molido.
Yo le doy masa al picante porque tengo un cuerpo privilegiado y un ojete de aluminio pero si no, recomiendo que sean cuidadosos con los picantes porque las hemorroides no son como Papá Noel: existen y son peor que las pesadillas con Anamá Ferreira, amichis.
Si lo dejás un ratito vas a ver que hace humo... y juguito. Ahí estamos en el preciso instante en que agregamos el pollo, el tomate cortado chiquito y el queso. Todo junto. Volvés a tapar y dejás que se haga solo.
Ojo.
Cada tanto hay que mezclar porque cuando se derrite el queso se pega a la base por más aceite que le hayas puesto... y, además, no es necesario tanto aceite. Hace mal. Como todo lo que se hace en exceso, ¿no, Señora?
Ahora, si son dos, uno trae el faso y lo van picando. Siempre es recomendable el picachu aunque si no lo tenés y estás acompañado, mientras uno pica el otro da charla. Tienen diez minutos así que pueden hablar de Riquelme, Julio López, subsidios, trabajadores precarizados o la inflación. No recomiendo hablar de Gran Hermano porque la comida se te achicharra, el cerebro se te achicharra, la poronga se te achicharra y la casa se te achicharra. Es una comida para encender el cuerpo y echarse un regio polvo así que no da arruinar la noche hablando pelotudeces.
A esta altura ya está casi listo.
Ponés la mesa, un buen temita instrumental, morfás mientras comés y después, a la camita, a cojer mientras fumás. O no. Cojés, solamente.
Chicos, chicas, amadas, amados: con esta receta sus respectivas parejas van a volar por los aires. Si el postre, encima, es un churrón, ni te cuento. También recomiendo el tang del gusto que ustedes quieran porque el alcohol un poco te baja la líbido (acuérdense, este post se llama comen dos y no por su juego de palabras con la cocina ni nada que se le parezca: es la receta del amor, amichis) así que mejor algún jugo para sacar a bailar al paladar y darle una buena sacudida gastronómica. Por ahí, si sos muy borracho, borracha y querés alcohol, obvio, un vino. Esta receta amorosa lleva tinto.
Primero lo primero.
Ojalá tengas un wok, porque se cocina en un pedalín. Pero si no, podés usar una gran sarten (no lo recomiendo) o una olla popular (sí lo recomiendo). Aceite, un par de cucharadas choperas... digo, soperas. Que caliente. Endemientras, vas picando la cebolla. Bah, no picando, más bien cortás en trozos, que queden dos o tres pedazos bien grandes. Además de rápido, queda a la vista por si alguien no gusta de las cebollas. Picás el zapallito y metés todo a la olla. Lo calentás un Rattin (tapado, por favor) y al toque le agregás unas pizcas de sal, pimienta y ají molido.
Yo le doy masa al picante porque tengo un cuerpo privilegiado y un ojete de aluminio pero si no, recomiendo que sean cuidadosos con los picantes porque las hemorroides no son como Papá Noel: existen y son peor que las pesadillas con Anamá Ferreira, amichis.
Si lo dejás un ratito vas a ver que hace humo... y juguito. Ahí estamos en el preciso instante en que agregamos el pollo, el tomate cortado chiquito y el queso. Todo junto. Volvés a tapar y dejás que se haga solo.
Ojo.
Cada tanto hay que mezclar porque cuando se derrite el queso se pega a la base por más aceite que le hayas puesto... y, además, no es necesario tanto aceite. Hace mal. Como todo lo que se hace en exceso, ¿no, Señora?
Ahora, si son dos, uno trae el faso y lo van picando. Siempre es recomendable el picachu aunque si no lo tenés y estás acompañado, mientras uno pica el otro da charla. Tienen diez minutos así que pueden hablar de Riquelme, Julio López, subsidios, trabajadores precarizados o la inflación. No recomiendo hablar de Gran Hermano porque la comida se te achicharra, el cerebro se te achicharra, la poronga se te achicharra y la casa se te achicharra. Es una comida para encender el cuerpo y echarse un regio polvo así que no da arruinar la noche hablando pelotudeces.
A esta altura ya está casi listo.
Ponés la mesa, un buen temita instrumental, morfás mientras comés y después, a la camita, a cojer mientras fumás. O no. Cojés, solamente.
Chicos, chicas, amadas, amados: con esta receta sus respectivas parejas van a volar por los aires. Si el postre, encima, es un churrón, ni te cuento. También recomiendo el tang del gusto que ustedes quieran porque el alcohol un poco te baja la líbido (acuérdense, este post se llama comen dos y no por su juego de palabras con la cocina ni nada que se le parezca: es la receta del amor, amichis) así que mejor algún jugo para sacar a bailar al paladar y darle una buena sacudida gastronómica. Por ahí, si sos muy borracho, borracha y querés alcohol, obvio, un vino. Esta receta amorosa lleva tinto.
No coman mucho porque se garcha poco.
Siempre a mano un preservativo por si es una noche de jugarreta del destino y, a las parejas de muchos años les recomiendo apaguen televisores y pantallas de video. Nada de distracciones que, esta será una receta mágica, sí, pero tampoco hace magia.
Siempre a mano un preservativo por si es una noche de jugarreta del destino y, a las parejas de muchos años les recomiendo apaguen televisores y pantallas de video. Nada de distracciones que, esta será una receta mágica, sí, pero tampoco hace magia.
:p
y, como dice el Gordo Pelón
agarrate mamita
que arranca la calesita
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