viernes, marzo 03, 2006

Fútbol de jueves # Cuatro

Por Funes
Hubo algunos errores de clasificación pero ya están solucionados. Como dice Lunita, tenemos poco tiempo para el desarrollo de este blog. Podemos equivocarnos, quélevamoaser... aunque hemos descubierto una nueva forma de postear. Gracias por la paciencia (Equipo de "Les Trois Petits Cochons")



Largo el partido de ayer.
Los jueves que no llueve, la cancha nuestra no es tan pedida. Entonces queda más tiempo para jugar. Nadie juega después de nosotros así que nos vamos cuando se nos ocurre. Ayer jugamos más de una hora y media. Eso es mucho. Acá y en Alemania, es mucho.
Para colmo hubo una serie de malentendidos (estilo falta de comunicación de la que Kirchner conoce al dedillo porque lo mandan al hospital cada seis meses) que hicieron que apareciera un jugador demás para sorpresa de todos. Así lo solucionamos (?):
Equipo Uno
Funes
El Revolucionario Llach
El Jefe Incardona
El Poeta Mairal
Habanos Superloyds

Equipo Dos
El Húngaro Lantos
El
Traductor Zaidenwerg
Martín ex-Obelix
La máquina Cucurten
El Paragua Lucas
Barilaro
Hubo una diferencia de uno en la cantidad pero se supone que se hicieron equipos parejos. En un principio eso parecía. Pero para nuestra sorpresa, no fue así: empezamos goleando. Tuve que sacar un par interesantes (por no decir que nos cagaron a pelotazos) pero en nuestro caso, teníamos más suerte. Entre el Revolucionario armando y el Jefe definiendo, al resto les quedaba acompañar. Le saqué una al Traductor que iba al ángulo (hasta pegó en el palo y se fue) que casi aniquiló el estado de ánimo del equipo dos (el de superioridad numérica). No nos podían parar. Toque, magia, culo, magia, el Poeta presionaba todas y Habanos me hizo acordar a Juan Simón. Desde el arco sí se ve, es lejos, pero se ve como se mueve el equipo.
Parecíamos Holanda del 74. Después me enteraría que La máquina no había corrido mucho pero que estaba cansado igual (ventaja para nosotros porque se está aclimatando a los jueves y al fulbito - hace meses que no juega tan seguido) y eso nos ponía en "igualdad de condiciones") Ex-Obelix iba y venía con el Traductor que, al igual que La Máquina y ex-Obelix, la pisan lindo; pero no hacían mella en nuestro equipo.
Hay que reconocer que empezaron ganando con un gol del Húngaro. Acaso como si fuera un hecho premonitorio. Por un error mío y una virtud del Húngaro (en una mezcla perfecta) la pelota entró en el primer palo (el que se supone que no debo abandonar aunque me tienten con señoritas de diversas razas) y se abrió el marcador a favor del equipo dos. Con el Revolucionario nos miramos y nos dijimos "se viene peluda la cosa".
A mitad del partido, la crónica gira apenas y se transforma en elogio de la violencia. El Revolucionario trabó una pelota con el Traductor, luego de varios cruces en los que se sacaron chispas, y fue allí, señoras y señores que devino el desenlace del partido: posible fractura (o por lo menos fisura) en el dedo del pie derecho del Revolucionario. Minutos más, minutos menos, el Jefe recibió de codos de Barilaro un limpio golpe debajo del ojo que lo durmió unas milésimas de segundos y le dejó una perceptible y previsible marca que cambiaba de color cada exactos dieciocho minutos (arrancó en un rojo violento, obvio; y terminó en un verde violáceo, obvio).
Debacle.
Ibamos varios goles arriba. Quedábamos Habanos, el Poeta et moi. Los dos sacaron todo lo que pudieron. Y no alcanzó. Me hice el héroe y salí a jugar pero sin resultado. Bueno, en realidad si, nos metieron más goles. El Revolucionario se quedó en el arco pero estaba en una pata (literalmente): parecíamos los restos de Kabul. Nos cagaron tanto a pelotazos que hasta el niño de La Máquina recibió un pelotazo (por suerte uno que pasaba lo consoló). Ex-Obelix estaba a full con su "bola lenta" y todas las que cruzó abajo (a cualquier velocidad que las pateara) entraban previo puteada Memoriosa. De acá, de allá y de tu hermana también.
Y pensar que durante la primera hora parecía un paseo. Pero claro, a los grandes jugadores, cuando prima la impotencia, los sacan de la cancha a toda costa. Nos cortaron las piernas. Los violentos de siempre. Hasta nos pisaban la pelota, los irrespetuosos. Me hicieron goles de todos los wines. Tuve que recurrir al último recurso y aún así convertían. Solo el Traductor, luego del partido, se quejó... pobre... lo zarandée de lo lindo. Estaba lúcido de patadas el arquero del equipo uno. Habanos estuvo un poco más tranquilo. Se raspó todo pero sacó limpio siempre.
Habrá revancha, estoy seguro. Estoy seguro porque ya lo dijo Macaya Márquez: "el fútbol da revancha", eso dijo... y si no lo dijo yo digo que sí lo dijo y seacabó.
Lo único que falta ahora... que tenga que rendir cuenta de lo que escribo o dejo de escribir... ¡la puta madre que lo parió!

11 comentarios:

Lunita dijo...
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Unknown dijo...
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Unknown dijo...
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Unknown dijo...
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Anónimo dijo...

Funes,

Guarda con la bola lenta, mushasho!!!

Se ve quién es el factor ganador en esos partidos...

Atte.

Unknown dijo...

¡Esa bola lenta es tu arma (ya no tan)secreta Obelix!