Arrancamos a cualquier hora. Ahora somos las luces del parnaso del fútbol amateur. Además nos estamos preparando para el gran encuentro en septiembre contra los cordobeses que se animan a entrenar y todo. Y no viene mal jugar cuatro contra cuatro, porque corrés de lo lindo. Pero somos estrellas y llegamos tarde; nos falta la alfombra roja.
Equipo uno: Funes, el tucumano; Lantos, el húngaro; Lucas el paraguayo y Loyds el rubio.
Equipo dos: Martín, el cientólogo; Barilaro, el artista plástico; Ucedo, el periodista y el amigo del Húngaro, de profesión desconocida.
Nos dieron una pelota livianita así que me animé a pasar la mitad de la cancha enganchando y regalando pases gol. Pases increíbles para los dos equipos. Barilaro se comió un gol hecho y Martín desperdició varios mano a mano. Al final del partido tuvo su premio por tanto esfuerzo… digamos, esfuerzo esfuerzo no fue… tanto patear al arco le dio sus frutos; ganaron con su gol desde la mitad de la cancha que se me clavó en el ángulo izquierdo. El tipo que viene a buscar la pelota nos había dicho: gol gana. Y ganaron ellos.
Por suerte fue divertido. Hubo varios cruces peligrosos entre Martín y Lucas, dos tipos callados pero muy vehementes a la hora de ajustar cuentas. Las patadas largas, esas que no sabés qué tan largas pueden ser, quedaban en segundo plano, porque no se quejaba ninguno de los dos. Ellos pegaban, cobraban y volvían a pegar, como hombres; valientes.
La suerte fue más amiga de los palos que de los arqueros. El amigo del Húngaro tapó más de una que parecían goles hechos; no es común que el otro equipo tenga un arquero tan dedicado. Por suerte, como siempre digo, el otro equipo nunca juega con arquero fijo y eso nos ayudó.
Pude salir jugando, pensar la jugada y tirar un pase largo, eludir a un delantero y tirar un pase más peligroso, amagar un pase largo y jugar con Lucas que resolvía de una pasando a un Loyds y Lantos muy movedizos. Ellos ganaban en el contraataque. No teníamos recuperación. Si no hubiera tenido tanta suerte y los palos no hubieran querido tanto protagonismo, ganaban por goleada. Siempre un gol arriba. Empatábamos y gol de ellos. Empatábamos y gol de ellos.
En la segunda mitad, fue al revés, de repente Loyds y Lantos las metían todas adentro. Hubo una que pegó en la base de un palo, recorrió la línea de gol, pegó en la base del otro palo y salió tranquila a un lateral. Mágica. Así llegamos al final, empatados y muy agotados. Los únicos que resistieron físicamente fueron Lucas y Martín. Los demás se tropezaban con su respiración agitada y después de un pique corto o en un contraataque, no existían.
Próxima fecha
Vuelven varios ausentes. Parece que Pedro se recupera y Santiago tendría el día libre. Fabián podría volver para recuperar su invicto; también estaría Incardona, si la salud lo acompaña, Terranova y Maxi volverían si los compromisos sindicales lo dejaran un poco tranquilos, aunque está difícil; Máximo volvería de Salta y Cucurto podría hacer patria jugando un partido entre hombres, como dice en su poema.
Igual me queda picando… somos varios, somos estrellas, somos jugadores importantes en el mundo del fútbol amateur y allí radica la explicación de nuestras llegadas tarde. Mientras eso no cambie, seguiremos arrancando a cualquier hora.
Equipo uno: Funes, el tucumano; Lantos, el húngaro; Lucas el paraguayo y Loyds el rubio.
Equipo dos: Martín, el cientólogo; Barilaro, el artista plástico; Ucedo, el periodista y el amigo del Húngaro, de profesión desconocida.
Nos dieron una pelota livianita así que me animé a pasar la mitad de la cancha enganchando y regalando pases gol. Pases increíbles para los dos equipos. Barilaro se comió un gol hecho y Martín desperdició varios mano a mano. Al final del partido tuvo su premio por tanto esfuerzo… digamos, esfuerzo esfuerzo no fue… tanto patear al arco le dio sus frutos; ganaron con su gol desde la mitad de la cancha que se me clavó en el ángulo izquierdo. El tipo que viene a buscar la pelota nos había dicho: gol gana. Y ganaron ellos.
Por suerte fue divertido. Hubo varios cruces peligrosos entre Martín y Lucas, dos tipos callados pero muy vehementes a la hora de ajustar cuentas. Las patadas largas, esas que no sabés qué tan largas pueden ser, quedaban en segundo plano, porque no se quejaba ninguno de los dos. Ellos pegaban, cobraban y volvían a pegar, como hombres; valientes.
La suerte fue más amiga de los palos que de los arqueros. El amigo del Húngaro tapó más de una que parecían goles hechos; no es común que el otro equipo tenga un arquero tan dedicado. Por suerte, como siempre digo, el otro equipo nunca juega con arquero fijo y eso nos ayudó.
Pude salir jugando, pensar la jugada y tirar un pase largo, eludir a un delantero y tirar un pase más peligroso, amagar un pase largo y jugar con Lucas que resolvía de una pasando a un Loyds y Lantos muy movedizos. Ellos ganaban en el contraataque. No teníamos recuperación. Si no hubiera tenido tanta suerte y los palos no hubieran querido tanto protagonismo, ganaban por goleada. Siempre un gol arriba. Empatábamos y gol de ellos. Empatábamos y gol de ellos.
En la segunda mitad, fue al revés, de repente Loyds y Lantos las metían todas adentro. Hubo una que pegó en la base de un palo, recorrió la línea de gol, pegó en la base del otro palo y salió tranquila a un lateral. Mágica. Así llegamos al final, empatados y muy agotados. Los únicos que resistieron físicamente fueron Lucas y Martín. Los demás se tropezaban con su respiración agitada y después de un pique corto o en un contraataque, no existían.
Próxima fecha
Vuelven varios ausentes. Parece que Pedro se recupera y Santiago tendría el día libre. Fabián podría volver para recuperar su invicto; también estaría Incardona, si la salud lo acompaña, Terranova y Maxi volverían si los compromisos sindicales lo dejaran un poco tranquilos, aunque está difícil; Máximo volvería de Salta y Cucurto podría hacer patria jugando un partido entre hombres, como dice en su poema.
Igual me queda picando… somos varios, somos estrellas, somos jugadores importantes en el mundo del fútbol amateur y allí radica la explicación de nuestras llegadas tarde. Mientras eso no cambie, seguiremos arrancando a cualquier hora.
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3 comentarios:
buena crónica, funes. me recupero lentamente. tres semanas sin futbol me dijo el traumatólogo. me jodí el "colateral interno". no sé qué carajo será pero duele. antinflamatorios y sesiones de kinesio (a las que me dará mucha fiaca ir, salvo que la kinesióloga sea linda).
la mayoría son señoras, señor de abajo... pero estoy seguro que si en algún momento hay una kinesióloga linda y un tipo va a tener suerte...
...ese tipo es el señor de abajo...
un partido para olvidar...
en una época hice kinesiología y me tocó una pendeja q estaba bastante buena, me masajeaba la planta de un pie q tenía jodido y yo me la quería comer con el delantalcito puesto
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