domingo, diciembre 17, 2006

Ultimo momento: abuchean a Funes en lectura

Me llegó este mail hace unos días, del amigo Raymond:

"Funes, estás invitado a leer un cuento el sábado 16 en el festival q se hace desde las 15 hs en Peru 1273, Acasusso. Tocan como 6 bandas y hay pileta y esas cosas.
Esto queda cerca de la estación de Acassuso del tren que va a Tigre) y cerca de otra estación en el otro tren que va a Tigre (el de la Costa).
Debe ser en una casa de un millonario filántropo y después hay una fiesta cerca... el 168 también te lleva y te vuelve.
Confirmáme si podés y si tenes ganas.
Abrazo.
"

Ese sábado, el que pasó, tenía que sacar mi pasaje para Neuquén 2007 y la lectura y blablabla. Entonces (creo que le avisé por teléfono esa mañana) llegué más tarde de lo previsto.
Cuando estaba en la puerta de lo que era más una gran casa que la vivienda de un millonario filántropo el amigo Raymond hacía su performance sonoro-poética que a la gente encendió en una cantidad (en galones) de risas. Había mucho faisán y mucho entusiasmo teenager. El promedio de edad no superaba los 25 y me sentía el jovato que dejan salir de la cárcel para que vaya reincorporándose a la sociedad.
Había pileta, es cierto. Aunque no la probé parecía muy fresca. Y también conté más de 100 personas.

La onda pileta no me estimuló mucho para crear un personaje así que, con mucho huevo, salí a la cancha para leer ese cuentito que había escrito unos días atrás y se trataba, justamente y recuak, de un tipo que era invitado a una quinta con pileta y trabajaba como seguridad de un boliche de prostitutas y lesbianas y ex-policías.
En realidad, lo invitaban a la pileta (esto se sabe al final) como excusa para sacarlo de la casa un domingo a la mañana y matarlo al borde de la ruta de tres tiros, dos en el pecho y uno en la frente para inculparlo de un crimen que no cometió pero en venganza de otro que sí cometió y del cual quedó impune. Sí, ya se... pero bueno, leído sonaba más power.

Texto largo para lectura: siete hojas oficio a doble espacio.

Al principio, la gente aplaudía... quiero decir... a la mitad del cuento, aplaudían y vitoreaban porque querían que termine pero me apuraban de buena onda, digamos.
A la siguiente página, los que aplaudían eran casi todos.
Al rato ya no aplaudían tanto.
Empezaron a chiflar.
Yo levantaba la voz para oírme leer el cuento y no los gritos.
Fue el momento más crítico: ante última hoja, por dentro esperaba con mucho miedo que me tiren con alguna piedra o algún zapato. No pasó a mayores.
Alguien se rió con ganas.
Y entonces yo también reía mientras detrás mío unos músicos estaban listos para empezar a tocar.
Terminé el cuento. El protagonista se muere y, cuando leo el texto: "dos en el pecho y uno en la frente", todos gritan "eeeeehhh" y me hicieron acordar a las masas en "The Simpsons".
Tiro el texto y levanto los brazos, igual que King Kong.
"¡Terminé hijos de puta!"

Por el ensordecedor abucheo de ciento y pico de personas nadie escuchó mi grito. Pero agarré mis cosas y me fui a tomar una cerveza.
Nadie se acercó. Así que con Raymond nos fuímos a comer a la parr a instancias del Negro.
Y fue lo mejor.

8 comentarios:

Lunita dijo...

ay, Funes... esta juventud perdida... no entienden nada!!

Loyds dijo...

haber avisado funes, íbamos a bancar la parada viejo !!

Unknown dijo...

en realidad me arrepiento por no haber avisado... la tarde del sábado, con pileta, hubiera estado muy bueno

Unknown dijo...

la juventud está perdida hace rato, luna

pero ojo
usté no se haga
la viejis

que es la excepción a la regla, eh

Tatiana dijo...

Esa Funes ubiera avisado, nosotros le haciamos el aguante. Igual, mire que a mi me encantaria levantar polemica y que todos me abucheen, ser algo asi como l'enfant terrible por un rato. Lo envidio.

Anónimo dijo...

yo digo...
así y todo
estuvo bueno...

Anónimo dijo...

te abuchearon y te gusto, después nos tomamos un helado. ¿me pasarías el cuento?

Unknown dijo...

Pura poesía.