"...Su actitud no diferìa mucho de la que suelen adoptar las mujeres en cualquier historia de amor. Son ellas, pensaba Barnaola, quienes eligen al que será su marido (...) las que toman a un hombre y lo convierten, aunque se hunda el mundo, en su marido. Después, le amargan el resto de sus dìas encerràndole en una càrcel hogareña de la que tan sòlo pueden escapar si acuden a una mugrienta oficina en la que pierden la vida. Para que todo esto sea posible, ellas se autoconvencen, desde el primer momento, de que la víctima elegida es su marido y nada más que su marido. Poco importa el resto..."
Impostura, Enrique Vila - Matas
El amante, Marguerite Duras
Y como dice la Condesa: "como en toda guerra, hay muertos en ambos bandos".
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