Franco juega en la primera de Chacarita y hace goles todos los partidos. Siempre tuvo ganas de ser famoso y además se dio cuenta que en cada aparición pública, sus fans lo vuelven cada vez más loco. Le gusta volverse loco. Le gusta la fama. Le gusta peinar en el baño, con Maxi, con Sandra, con cualquiera. Es un deportista y goza de cierta impunidad. Cuando hace fiestas en su casa, los que van, saben perfectamente que deben guardar el secreto. Los que van son fieles amigos que no quieren terminar con la imagen de Franco porque se acabaría la subvención del exceso.
Hace poco, Franco ser enamoró. Pero no lo puede hacer público. Su representante primero se sorprendió e, inmediatamente después, le sugirió (por decirlo así) que no debía mencionar nada sobre su affaire.
Él, que además de goleador con proyección internacional es el sex simbol de la primera división como no hay desde Claudio Paul Canniggia.
Él, que con su rostro aniñado y el físico de un Gladiador había ganado la pulseada de diversas marcas de ropa deportiva y hasta de alta etiqueta.
Él, que cuando sale del entrenamiento, se saca más fotos que Brad Pitt en Festival de Canes.
Él... ayer... pasó por casa.
Me sorprendió su visita. Me pidió que no diga nada. También me pidió el departamento para verse a escondidas con su amante.
Cuando se iba, contento porque ya tenía el rincón amatorio donde disfrutar del adorable asterisco, me mostró la foto, ellos muy sonrientes. Y me provocaron cierta envidia...
2 comentarios:
y bueno, el amor no tiene fronteras (??????????????????????)cuac
:)
buenisimo...
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