martes, julio 29, 2008

Alejandro Rubio

Personajes hablándole a la pared
[página 3]
La casa abierta, el aire
con olor a repollo hervido. Si me dieran un peso
por cada uno de los días que pasé
esperando en un cuarto de hotel...
No todos fueron así, pero así
se me aparecen: quemaduras en el borde de la mesa, la sombra
de la silla en la pared, mirar tranquilo
las motas de polvo de espaldas
a la ventana: y un día igual, otro año,
te llama el chancho y te dice:
Heredia,
Heredia, usted es gardel.
Gracias por todo. Ahora vivo en una especie
de ático o altillo, tres por tres, casi nada me rodea.
Pocas visitas, cuando vienen
les sirvo mate o en su defecto café, hablan y me distrae
el temblor de la mano entre las piernas, una mancha
en la baldosa; pero lo que de verdad me inquieta
es la decadencia del oficio.
*

1 comentario:

Carlos Ardohain dijo...

muy buen poema, no pareceser la misma persona que excreta comentarios en La lectora.
Che, te invito a visitar mi blog

http://tancarloscomoyo.blogia.com

un saludo.