The Quintet Live!
El otro día, Pergolini, torturando a un oyente por una puta entrada para ver a no sé quién mierda, le decía que se metía en el Ciudad de Buenos Aires y se sentía como en casa. Sentía que, cuando estaba ahí, en el lugar que le correspondía como locutor o productor, se sentía en casa. No importaba qué banda tocaba o a quién producía; él se sentía demasiado cómodo. El oyente con tal de ganar las entradas, le chupaba las medias que daba verguenza ajena. Pobre, encima las perdió.
Y se me cruzó en la cabeza, mientras sonaba la bomba despedida contra el oyente, que yo tengo un lugar así. Que no soy Pergolini aunque se me ocurra ponerme lentes de contacto pero que sí tengo un lugar al que voy y me chupa un huevo quién esté. Un lugar en el que me siento en casa con gente que no tengo idea quién es. Un grupo de muebles que me traen recuerdos, una ventana que da a un restaurant allá lejos que siempre pienso cuánto saldrá el cubierto o un plato de alce con papas. Un baño que me pide no ser yo. Una parrilla que tiene mil asados y choripanes que morfé en algún momento. Unas plantas a las que les habla todo el mundo y por eso su frondosidad amorosa.
Yo tengo ese lugar.
Muchos tenemos ese lugar pero aún así me chupan un huevo. Ese lugar me hace sentir en casa. Y si esa noche pasan películas, viene Recagno o me leo un poema, me siento simplemente bien porque estoy en ese lugar. Me siento bien porque puedo levantar la voz para hacer un comentario y alguien lo contesta. Cuando pido una cerveza ya saben de qué color la quiero. Se que no tengo que sentarme cerca de la salamandra porque después el jean caliente me quema las piernas. Que en algunos sillones se sienten los resortes así que mejor tener un almohadoncito para mimarte el toto.
Es curioso.
Se llama Pachamama.
Creo que pleitesía sería la palabra correcta.
Tanta gente tan perdida, tan poco querida, tan sola, tan vapuleada por el precio del kilohertz de luz, el powerpoint de ventas, el precio de la carne. Ahí, en el Pachamama, todos comparten. Hasta me han enseñado a compartir el porro o la cerveza cosa que yo no puedo creer que hayan logrado, tan egoísta y canuto que soy.
Hoy voy a leer. Y también mis grandes amigos se van a poner la careta del Funes careta, del personaje. Cada uno lo interpretará de tal manera que ojalá parezcan sus textos. Eso quiero verlo. Igual, me chupa un huevo. Estoy en casa, con amigos, con el Quintet... si el show sale mal o viene poca gente la verdad que no lo voy a sentir...
eso creo que hay que hacer con la gente que tiene poder
basurearlos un poco porque saben que son mierda
y que cualquiera que tenga un poco de amor propio
te va a basurear porque sos un mierda
y porque ellos admiran a la gente con amor propio
pasa que algunos
bueh... el respeto y admiración
y blablablablablablablabla
basurearlos un poco porque saben que son mierda
y que cualquiera que tenga un poco de amor propio
te va a basurear porque sos un mierda
y porque ellos admiran a la gente con amor propio
pasa que algunos
bueh... el respeto y admiración
y blablablablablablablabla
Y se me cruzó en la cabeza, mientras sonaba la bomba despedida contra el oyente, que yo tengo un lugar así. Que no soy Pergolini aunque se me ocurra ponerme lentes de contacto pero que sí tengo un lugar al que voy y me chupa un huevo quién esté. Un lugar en el que me siento en casa con gente que no tengo idea quién es. Un grupo de muebles que me traen recuerdos, una ventana que da a un restaurant allá lejos que siempre pienso cuánto saldrá el cubierto o un plato de alce con papas. Un baño que me pide no ser yo. Una parrilla que tiene mil asados y choripanes que morfé en algún momento. Unas plantas a las que les habla todo el mundo y por eso su frondosidad amorosa.
Yo tengo ese lugar.
Muchos tenemos ese lugar pero aún así me chupan un huevo. Ese lugar me hace sentir en casa. Y si esa noche pasan películas, viene Recagno o me leo un poema, me siento simplemente bien porque estoy en ese lugar. Me siento bien porque puedo levantar la voz para hacer un comentario y alguien lo contesta. Cuando pido una cerveza ya saben de qué color la quiero. Se que no tengo que sentarme cerca de la salamandra porque después el jean caliente me quema las piernas. Que en algunos sillones se sienten los resortes así que mejor tener un almohadoncito para mimarte el toto.
Es curioso.
Se llama Pachamama.
Creo que pleitesía sería la palabra correcta.
Tanta gente tan perdida, tan poco querida, tan sola, tan vapuleada por el precio del kilohertz de luz, el powerpoint de ventas, el precio de la carne. Ahí, en el Pachamama, todos comparten. Hasta me han enseñado a compartir el porro o la cerveza cosa que yo no puedo creer que hayan logrado, tan egoísta y canuto que soy.
Hoy voy a leer. Y también mis grandes amigos se van a poner la careta del Funes careta, del personaje. Cada uno lo interpretará de tal manera que ojalá parezcan sus textos. Eso quiero verlo. Igual, me chupa un huevo. Estoy en casa, con amigos, con el Quintet... si el show sale mal o viene poca gente la verdad que no lo voy a sentir...
eso sí, Funes
abrochate la peluca
porque enderezamo´ la vela
y partimo´
abrochate la peluca
porque enderezamo´ la vela
y partimo´
*
10 comentarios:
¿y es cierto que te peleaste con lunita? avisá si seguís libre...
No, para nada.
¿Qué decís?
mediocridad: individualismo: garchamama: anonimato
un lugar para la media
individualmente unidos
donde se garcha mucho
y tu nombre es lo de menos.
entendi bien?
un lugar para andar en patas
universalmente desunidos
donde se garchan a tu vieja
y los demás no tienen nombre
entendí mal?
un lugar para andar con patos.
es verdad universal:
tu vieja deberia haber usado forro
o al menos puestote un nombre
entendi todo.
un no-lugar o uno a medias
la mentira particular:
tu padre violando a mi madre
que aún no me ha reconocido
entendí nada.
hermano!
mira donde nos venimos a encontrar.
¡quien hubiera dicho!
mediocres
no entiendo los comentarios, se ve que son todos re zarpados de lo que saben. bobos.
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