martes, diciembre 09, 2008

Carolina Aguirre


" Sin embargo, en las escenas de transición de esa vida predecible, la faldera conoce a otro hombre. Un hombre muy distinto de su marido que la corteja con dedicación antigua. Y aunque al principio tienen miedo, tarde o temprano se entrega a las mieles del romance clandestino, feliz como en las novelas de la tarde. Se apropia de todos los lugares comunes del amor: fantasea con alquilar juntos un departamento con pisos de madera crujiente y balcón francés, proyecta viajes exóticos o imagina sus voces mezcladas en una conversación ordinaria sobre vacaciones y matrículas de colegio.
A pesar de su felicidad repentina, su marido nunca sospecha. Y no porque crea que su mujer es incapaz de engañarlo, sino porque no le interesa nada de lo que haga con su vida. No le importaría aun si recibiera un sobre anónimo con pruebas del adulterio. Para él, perderla es como tropezar con una mesa y tirar un jarrón al piso; un accidente incómodo, un mínimo vacío en un rincón del living. Se entera sólo cuando ella se lo confiesa, asustada de placer. Pero en vez de descalificarla con agresiones originales, se ríe con violenciato sarcasmo mientras la ayuda a hacer la valija a patadas. Apenas si le revolea algo de ropa y le dice que es una idiota media docena de veces. Y si bien en ese momento ella siente que se abre una ventana por donde entra luz y aire fresco, inmediatamente el viento se la lleva puesta."

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Historias de mujeres infieles
página 165
[Emecé Cruz del Sur]


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un unplugged de mujeres infieles.
http://lomioesamateur.wordpress.com/2008/11/12/orden-del-dia-9/

saludos,
APG

Unknown dijo...

ey, gracias por pasar
mandame un mail que leí tu cuento
y tengo un par de cosas para decirte

saludos, APG