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-¿Puedo pasar?
-Una tercera persona sería necesaria.
-Sí, bueh, ¿qué hacía la madre de Donald acá?
-Estábamos conversando.
-¿Sobre qué?
-En serio, una tercera persona sería necesaria...
-No, Hermana, ¡no es necesaria una tercera persona para que nosotros dos charlemos! ¡Tiene que acabarla con esta campaña en contra mía!
-Usted puede acabarla cuando quiera.
-¿Cómo?
-Confiese y renuncie.
-¡Usted está haciendo lo imposible por destruir mi reputación!
-¡¡Quién sigue dejando abierta mi ventana!!
(pausa)
-¿Qué está haciendo en mi escuela?
-¡Trato de hacer el bien!
-Más específicamente; ¿qué está haciendo en el sacerdocio?
-Usted es la que está deteniendo esta escuela y esta parroquia de...
-¿De qué?
-¡De una educación progresista y una Iglesia abierta!
-No me va a distraer, Padre. No estamos hablando de mi comportamiento sino del suyo.
-No, esto se trata de sus sospechas infundadas.
-Exacto; tengo sospechas.
-Deje esos papeles que no son importantes...
-¡Yo voy decidir... ! Qué es importante y qué no...
-¿Por qué sospecha de mí? ¿Qué hice?
-Le dio vino a ese chico y dejó que lo culparan por eso.
-Eso es completamente falso. ¿Habló con el señor Mc Guinn?
-Lo único que sabe Mc Guinn es que el chico tomó vino pero no sabe cómo llegó a tomarlo.
-¿La madre tiene algo que agregar?
-No.
-Entonces, eso es todo...
-No estoy satisfecha.
-Pregúntele al chico entonces.
-Lo protegería.
-¿Por qué haría eso?
-Porque usted ya lo sedujo.
-¡Estás loca! Se te metió en la cabeza que corrompí a ese chico dándole vino y nada de lo que diga va a cambiar eso.
-Eso es cierto.
-Pero esto no tiene nada que ver con el vino. Me tenés una desconfianza previa a este incidente. Fuiste vos la que le dijo a la Hermana Margaret que estuviera alerta conmigo, ¿no es cierto?
-Eso es cierto...
-¡Entonces, lo admitís!
-Claramente.
-¿Por qué?
-Conozco a la gente.
-Con eso no alcanza.
-No tiene que "alcanzar".
-¿Y cómo es eso?
-Ya me vas a decir lo que hiciste.
-Ah... ¿te lo voy a decir?
(se quema por segunda vez la lamparita cuando levantan la voz en la oficina de la Directora)
-Ahí va de vuelta... (señalando el techo)
-La Hermana Margaret está convencida de que soy inocente.
-Así que habló con la Hermana Margaret... Claro... Era obvio que iba a hablar con la Hermana Margaret.
-¿Sabía usted que el padre de Donald le pega?
-Sí.
-¿Y no sería esa una buena razón para entender el extraño comportamiento que la Hermana Margaret notó en el chico?
-Podría ser...
-¡¡¡¡Pero entonces qué es!!!! ¿¡¡Qué!!? Qu... qu... q... q... qué... ¡¡¡¿Qué escuchó?!!! ¿¡Qué es lo que vio!? ¿¿¡¡Qué es lo que la convenció tan claramente!!??
-¿Y qué importa?
-¿Qué importa? ¡¡Importa!! ¡¡Quiero saber!!
(pausa)
-Por esta ventana lo vi agarrándole la muñeca a William London... lo vi... cómo lo apartaba...
-¿Me está hablando en serio?
-Sí.
-¿Y eso es todo?
-Mmmmh; eso es todo.
-Eso no es nada.
(El Padre se sienta y anota)
-¿Qué va a hacer ahora?
-Estoy anotando lo que dice. Puede ser importante cuando tenga que explicar por qué tiene que ser trasladada.
-Ah... y esta mañana, antes de que hablara con la madre de Donald, me tomé el atrevimiento de llamar a su parroquia anterior.
-¿Y qué dijo?
-¿Quién?
-El Pastor.
-No hablé con el Pastor. Hablé con una monja.
-Tendría que haber hablado con el Pastor.
-Hablé con una monja.
-Bueno pero esa no es la manera correcta de hacer las cosas, Hermana. La Iglesia es bastante clara al respecto; se supone que tiene que hablar con el Pastor.
-¿Por qué? ¿Están arreglados usted y él?
-¡No! Usted no tiene derecho a andar hurgando mi pasado.
-¡Usted tiene una historia! Esta es su tercer parroquia en cinco años... ¿por qué?
-Llame al Pastor. Hable y le va a explicar el inocente motivo de por qué me fui.
-No voy a llamar al Pastor.
-¡Soy un buen Sacerdote!
-Va a ir de un chico a otro y a otro hasta que alguien le ponga un freno...
-¿Con qué monja habló?
-¡No le voy a decir!
-No toqué a ningún chico.
-¡Sí que tocaste!
-No tenés ni la más mínima prueba de nada...
-¡Pero tengo mi certeza! Y con eso voy a ir a la última parroquia y a la anterior y la anterior. Y si es necesario, voy a encontrar al padre de algún chico. Créame Padre Flynn, lo voy a encontrar.
-¡No tiene derecho a actuar por su cuenta! ¡Usted adoptó los hábitos siendo la Obediencia uno de ellos! ¡Hermana, usted responde a nosotros! ¡No tiene derecho a apartarse así de la Iglesia!
-¡Me voy a apartar lo que sea necesario de la Iglesia aunque me cierre las puertas! ¡Voy a hacer lo que tenga que hacerse, la puta madre! ¡Y mejor que entienda eso o se va a equivocar conmigo! Ahora... ¿le dio a Donald vino para que tomara?
(pausa)
(pausa)
-¿Nunca hizo nada mal?
-Sí, claro.
-¿Un pecado mortal?
(pausa)
-Sí.
-¿Y?
-Es... lo... Lo confesé, Padre.
-Lo que sea que haya hecho, lo dejé en las sanadoras manos de mi Confesor... como usted... somos iguales...
(pausa)
-Mmmh... No... No, no... No somos iguales... "Un perro que muerde es un perro que muerde"... ¿le dio a Donald Miller vino para que tomara?
-No.
-¿Contención?
-No.
-Está mintiendo... Pero bien, entonces; si no va a irse de mi oficina usted, me voy yo... y una vez que me vaya no voy a parar.
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-Espere...
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