martes, febrero 17, 2009

Story board

Frágil

Me llamaron para que hiciera la escena con la camioneta. La historia contaba que mi compañero y yo dejábamos un ataúd en la casa de un taxidermista muy platudo y excéntrico.
Entrábamos, salíamos y ya.
La idea era que mi compañero se subía primero a la camioneta y, sin pensarlo mucho, arrancaba dejándome en el tugurio del freakie loco. Yo a los gritos le pedía que no me abandonara.
Entonces,
toma 1-la cámara toma la camioneta mientras se sube compañero; corte.
toma 2-la camioneta arranca; corte.
toma 3-la camioneta va marcha atrás sin el protagonista; corte.
toma 4-primer plano del protagonista que sale de la casa y pone cara de camioneta me deja; corte.
toma 5-camioneta para a una cuadra, se la ve desde atrás, y espera al protagonista; corte.
toma 6-camioneta desde atrás, vemos subir al protagonista y arranca camioneta; corte.
Para guiarme en la actuación me mostraron el story board, lo cual no sabía que era hasta ese día; una especie de comic que muestra las tomas cómo se verán al final, digamos, cuando se estrene. Un dibujante me había hecho hermoso así que me dio valor y alegría. La maquilladora me tiroteaba con dedicación y sutileza (después me pediría "gancho" con mi compañero) así que no pude conectar con mi sensación de "abandonado" en la puerta de la mansión. Mi pecho se erguía con exageración, grasitud y un pedantismo sin precedentes así que apenas el director dijo "acción", en la puerta de la mansión (toma 4), salí corriendo y me colgué del parabrisas de la camioneta (una Renault Traffic).
Yo imaginé que se reirían todos, dirían corte, yo le haría una mueca a la maquilladora y volveríamos a hacer la escena como correspondía.
Nada que ver.
El camarógrafo, que estaba pasado de una sustancia ilegal (que no voy a mencionar), ni se mosquió y siguió grabando. Mi compañero, que se prendía en todas las jodas, se hizo el que miraba hacia atrás por el espejito retrosivor y siguió pisando el acelerador.
Yo iba colgado con un pie en la parrilla de la Traffic y el otro en el paragolpes de plástico.
El director estaba pasmado; no entendía qué pasaba pero tampoco dijo nada porque se vio tan pero tan sorprendido que apenas si soltó un gemido tipo "eh? wtf".
La maquilladora se tapó los ojos y la frente y la productora, hoy gran amiga mía, gritó "yeah!!" y el dibujante me quería partir las rodillas con la pilot 0.3 mm.

El camarógrafo los convenció a todos de agregar escenas desde el asiento de acompañante con primer plano de mi cara de horror "no me dejes, por favor, no", la maquilladora no me tiró más los galgos y es el día de hoy que todavía no vi ese corto.
Taparon el "yeah" de mi amiga con un riff de Pappo´s Blues y nunca más me llamaron.


Esto habrá sido
2003
2004


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