jueves, abril 02, 2009

Sudoku corazón

por Loyds

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Hoy, por ejemplo, recibí un mail de mi editora que dice que la última nota que le mandé, un mamotreto ilegible sobre una tienda neoyorquina de ropa tradicional, tiene el doble de los caracteres necesarios. A podar, me escribe. Y yo haciendo sudokus: uno más, digo, y se me pasa la mañana, el día y la vida. Pero tengo que cobrar la nota. Además mi editora está buenísima y no quiero enemistarme con ella, porque mi mayor anhelo es poder bajarle la caña algún día. Así que corto aquí y allá y convierto el mamotreto en una serie de telegramas, ilegibles también, para volver lo antes posible a mi libro de sudokus.
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