viernes, noviembre 20, 2009

diecinueve horas al palo

[ fragmentos del bloque,
diría Seba K ]


No tardé mucho en olvidarme de semejante misterio. Recibí un llamado que le dio un giro a mi vida como hacía tiempo no me pasaba.
–Hori, ¿sos vos?
–Sí, César, cómo estás... ahora estoy en Pergamino. ¿Está la conchuda por ahí? ¿Podés hablar?
–Hori... le conté de nosotros.
–¿Qué?
–Me puso nervioso, me arrinconó con sus planes sobre tener más hijos. Me empezó a preguntar para cuándo el doctor me iba a dar el alta...
–¡No me digas que le fuiste con ese cuento, mi amor!
–Y cuando le expliqué que no tenía ganas de ser padre otra vez... bueno... imaginarás cómo se puso...
–Claro... la muy conchuda...
–Por eso también te llamo. Ella no es una conchuda, Hori, dejá de decirle así. Mirá, cuando le conté lo que tenía se puso mal pero no me echó ni nada, se preocupó y eso no lo había hecho nadie conmigo.
–¿Qué? ¿Por la infección en la vejiga?
–No tengo una infección en la vejiga, Hori. Eso también es una mentira. Todo es una mentira, por Dios. ¿Cómo te lo explico?
–Ay, César, mirá, cuando te decidas qué enfermedad tenés, llamame mejor. Ahora estoy aprovechando un momento feliz y no quisiera que me lo arruines. ¿Hablamos más tarde?
–Hori... si te llamo es porque no nos vamos a ver más.
–¿Eh? ¿Estás ebrio, César? ¿Qué te pasa?
–No podemos vernos más.
–Pero qué te pasa, loquito. ¿Me mandás esos mensajes de masajearme la poronga y ahora te agarra la culpa? ¿Qué te pasa, te podés explicar, por favor? Estoy perdiendo la paciencia.
–Hori... hace seis meses me dio positivo el VIH.
–¿Cómo?
–Y no te lo dije por que los estudios no son 100 % seguros.
–¿No? ¡Son 95% seguros, boludo! Y no me dijiste nada...
–En realidad eso me puso alerta y me fui a ver un médico amigo.
–¿Amigo?
–Uno que conozco hace mucho tiempo, desde la secundaria.
–César, vos no tenés amigos de la secundaria... salvo tu ex novio.
–Bueno, sí... volví a verlo.
–¡La puta madre!
–No grites...
–¡La puta madre!
–Pensá que estaba preocupado, no sabía a quién recurrir... y... para serte sincero... pensé que vos me ibas a dejar...
–Y claro que te iba a dejar, por pelotudo te iba a dejar. Me estuviste forreando estos seis meses, me cojiste todo lo que se te ocurrió y no me dijiste nada...
–No, no...
–Me engañaste como a un... como a un... pero esto no va a quedar así, forro.
–No, pará, Hori... Pará que está todo bien. No es contagioso. Vos no deberías tener nada. De los 5 estudios que me hice después, 4 me dieron negativos.
–¿Cómo negativo el VIH?
–Sí, es la parte rara. Y por lo que te llamo. En realidad Basualdo me pidió que te llame.
–Decile a ese puto que si me lo cruzo en la calle lo piso. Y a vos también, hijo de puta.
–Pará, contestame una sola cosa, nomás.
–Andate a la mierda, hijo de puta.


*