martes, febrero 02, 2010

Alejandro Berón Díaz

Llovía

Llovía sobre tu pecho como un campo de almohadón
llovía tu boca desaparecer
por arte de un beso

por arte de sombra
llovía dos hombres arrestarse
contra una pared

llovía tus ojos caer como enormes
piedras de hielo
sobre el cajón donde roncaba
tu perro con botas

llovía los golpes

llovía las trompadas

llovía toda buenos aires convulsionada
por los truenos que se pronunciaron
en la tele las calles

anegadas de manifestantes

todos los manifestantes desembocan en el río
de la plata

llovían tus manos
me tapaban la boca

llovía tu pelo desastroso
en la vereda
me decías en todos los colores
dejame escuchar la tormenta
y me acariciabas de matar la idea
de salir a matar a mi padre

*