jueves, enero 26, 2006

Tucumán arde



Es extraño porque en la charla con la gente, con los que viven allí, uno reconoce algunos miedos o formas de esconder las verdades que tienen, inocultables, que describen, el famoso "ser nacional".
Una de las cosas que me llamó la atención es que hay un tipo , pariente o amigo del Gobernador, que compra y vende chicos. Tiene una asociación de ayuda a los niños a través de la cuál arma su movida. Ah, sí, repito: es un funcionario público que compra y vende chicos por encargo. Los reparte por todo el país. Según quién les diga qué quieren y según lo que consiga. En las calles todos pero todos saben que este tipo (que por ahora no voy a nombrar hasta conseguir la información con la cual vamos a ir a la justicia) trafica con niños. Y muchos te pueden detallar la metodología. Cómo y dónde los consigue, cuánto sale, quiénes están relacionados y demás.
El trato que tienen con el tema, que me pareció horroroso, es increíble. Porque se les escapa así como así, que un tipo, un funcionario público, con mucho poder, amigo de varios empresarios que pronto estarán a cargo de la política de Tucumá, está negociando con algo material como es un niño. ¿Algo material? ¿Por Dios, de dónde salieron? Y es así. En esa provincia, no muchos se animan a hablar. Porque cuando alguno dice que de verdad tienen poder, no se refiere a poder estacionar el auto en el supermercado, en la zona para discapacitados; esta gente puede ocultar tu muerte en un suicidio... aunque todos sepan que fui un suicidio "inducido". Si es que están de buenas, porque de malas, no les importa qué piense la gente. Entonces ¡quién no tendría miedo en en abrir la boca!
El Gobierno, durante los meses que estuve en el centro de Tucumán (recordar que paré en Maipú 167 - pleno centro) tenía dos o tres policías por cuadra. ¡Dos o tres policías por cuadra! En las noches, porque me gusta pasear después de las 00hs; no había ni un alma en la calle. Y uno dice: es enero, no hay nadie. Pero por otro lado me preguntaba, si no hay nadie, para qué está ese policía en la esquina "vigilando". Cabe la duda. Y cabe pensar por qué este tremendo operativo.
Y sí, mucho no me gustan los policías. Pero por otro lado pensaba... ¿qué pasará si este tipo se va a su casa? ¿Quién viene a amenazar el orden público? Y cambiando el enfoque: ¿cuánto les pagan? ¿qué requisitos les piden si van a estar toda la noche vigilando una esquina desierta? Con tanto desempleo, ¿de dónde sale el presupuesto?
Hay algunas preguntas que no tienen una respuesta simple. Y en el caso del funcionario público que cuida a los "niños desamparados" de Tucumán, tampoco. ¿Quién encargaría un chico? ¿Por qué para ese tipo es un buen negocio vender chicos?
¿Alguien se anima a responder?


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6 comentarios:

Lunita dijo...

Por qué es un buen negocio, está claro. El Poder, como siempre... Por otra parte, mano de obra dócil, tierna, y por qué no agradecida. Y como dice la ley: si hay oferta, no hay que preguntarse por qué. Lo que me intriga de su texto (luego de revolverme las tripas) es quién está detrás de la demanda.
Habrá que ver qué hará usted para denunciar semejante quilombo, en un país donde es moneda corriente. Vea como no parecer el loco de la plaza de Cinema Paradiso. Su primer paso, me parece, está bien dado. Y pida una mano, que hay muchas que querrán acompañar.

El escritor de este blog dijo...

Lunita, si entiendo bien, ¿si hay demanda es porque hay oferta? ¿Por eso no que preguntar?
Funes, terrible lo que contás. Pasa en muchos lados. Pasa en capital, también.
En otra escala, porque al lado de robar y vender pibes no es nada, en Tandil hay un vago que todo el mundo sabe que maneja toda la quiniela clandestina. Y nadie hace un joraca. La única represalia que conozco es que los cajetillas del Golf Club le prohibieron ser miembro (sí, todavía corre lo de la bolita negra); ¡mirá quién y cómo vinieron a ponerle los puntos!
Al pedo. El tipo se armó un club de golf propio.
Me gustó el post anterior, también.

Unknown dijo...

Luna: detrás de la demanda hay gente que realmente conoce el problema y es de allá. Están buscando alguien que se anime y creo que puedo hacer un mínimo esfuerzo, es decir, contactarlos con quién realmente puede hacer algo; no tengo las armas para semejante empresa. Pero si conoce algún periodista, por favor, contácteme.


PMG: gracias. Es trágico que el tipo se haya armado un golf "paralelo" (como si estuviera bueno el original, ¿no?) Pero de todas formas, es contra lo que queremos pelear y de lo que queremos hablar: las boludeces que todavía se siguen haciendo sin pensar en sus consecuencias. Venga más seguido que interesa su opinión.

Lunita dijo...

Así es... si hay oferta, habrá una demanda, no? Más allá de que también hay quien ve el negocio, y contribuye a crear la oferta. Pero ese es un tremendo hdp. Mi duda es quién integra la demanda... Y si Funes advierte que es la misma gente de allá... mierda... uno podría decir que son historias de pueblo chico, pero sabemos que esta historia se repite en otros lugares, en escalas de mayor/diferente magnitud y contenido.
¿Qué se hace? ¿Vista gorda?, ¿"No es mi asunto"?, ¿"yo sólo trabajo aquí"? Eso también es moneda corriente... Me alegra que Funes no quiera correrse. Pero también creo que está bien ser prudente. Hay que dar con el periodista indicado, y las herramientas justas.

Anónimo dijo...

por un lado me pone la piel de gallina, por otro lado no me sorprende...porque no me sorprende casi nada ya...pero te aseguro que esta es solo una más de las miles de historias que nos corren por debajo de los pies sin que nos demos cuenta...porque el cinismo humano no tiene límite, pero por mala suerte, tiene demasiada imaginación...

Buscccadores dijo...

En total acuerdo con flacks.
No creo que las respuestas a estas cuestiones aberrantes no sean simples; el negocio, el cinismo, el ser humano enfermo, enfermísimo y podemos continuar eternamente.
Concuerdo con Luna, me parece una actitud a seguir la suya Funes, pero prudencia (no digo que no la posea, pero tengala en cuenta, como creo que es así).
Siempre creí que a todas aquellas personas involucradas jamás les importaba las consecuencias; por supuesto que las conocían. Ahora cuando leo la palabra cinismo no estoy tan seguro de aquello. Pero, a su vez el cinismo no quita responsabilidad alguna. Espero no caer en algún tipo de inocencia, menos en estos casos.
Indignación.
Alguien alguna vez dijo, arte y rebelión.
Salutes.