miércoles, mayo 14, 2008

Tengo un plan

Voy a ir a ver Bailando por un sueño. Necesito que alguien me acompañe. Voy a ir como público. Voy a llevar una bandera que diga "Gonzalez Catán presente" o "Tigre y San Lorenzo un solo corazón". Voy a llegar para aplaudir a todos los que bailen. Si está el cieguito también lo voy a aplaudir. Con muchas ganas tratando de no asustar al lazarillo. Voy a gritar por Moria. Le voy a tirar un par de papelitos a las bailarinas del show para que alguna me llame por teléfono, me mande un mail o me deje un comment en este blog. Si mi novia me deja me la garchoteo un rato y después la olvido. Un olvido de esos raros... de esos olvidos que te dejan un gusto amargo en la boca.
Igual, estoy soñando.
Porque no creo que me quieran garchotear después de lo que quiero ir a hacer al programa.
En el momento más tenso de la noche, en la votación arreglada, en el pico más alto de rating voy a saltear a los guardias de seguridad, voy a colgarme del cuello de Tinelli y voy a gritar que la nueva narrativa argentina contemporánea no está muerta. Que seguimos vivos. Que somos escritores y queremos publicar. Voy a gritar, sin soltar los pelos del bolivarense, que tenemos ganas de que el gran público, ese gran público que nos está viendo en este momento, Marcelo, nos lea, nos compre y nos acepte. Que somos medio idiotas algunos. Que somos un poco aparatos otros. Que la mayoría toma pastillas y usa anteojos de tanto leer contranatura, Marcelo. Las enfermedades en los ojos se propagaron, Marcelo. Todo por culpa de los blogs. Queremos dejar de escribir blogs, Marcelo. Queremos escribir libros. Tenemos historias a pesar de que se acabaron las historias, Marcelo. Nadie nos quiere publicar, Marcelo: entendeme, por favor. No es contra vos ni contra tu programa.


Voy a pedirle, a quien acepte venir, que me haga de campana. Que apunte al camarógrafo para que me registre. Si somos tres ponemos uno en la cabina de dirección para que no corten la transmisión. Si somos cuatro le pido que se plante en la puerta del estudio y no deje pasar a nadie. Si somos cinco le digo que agarre del cuello a Moria y grite "quietos todos o le disparo en una teta" para lograr la mayor atención y silencio posibles. Si somos seis le digo que llame a mi mamá para que le avise que está todo bien, que es por el bien de la literatura joven que quiere triunfar antes de escribir, que quiere publicar antes de ser autor; Mamá, esto va por vos y por todos los escritores en pañales que se desviven por ser Paulo Coehlo.


Voy a terminar mi discurso encendido, enajenado, golpeando a Marcelo en la cabeza para que se duerma y sacrificando al lazarillo del cieguito para que no sufra más. Y cuando haga eso, les voy a pedir a los que acepten la convocatoria que se paren frente a cámara y digan sus nombres. Sus nombres de escritores. Si tienen libros que digan los títulos de sus libros para que se vendan. Que digan dónde se consiguen.
Y cuando eso termine les voy a pedir que tiren las armas y esperen a la policía.
Que no digan una palabra.
Que teníamos un plan y lo acabamos de concretar, muchachos.
Buen trabajo.


*

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ya estoy limpiando el revolver, yo me apunto, te juro que me apunto, por la poesia nomas, por la poesia te juro que me apunto...
saludos!!!!!

Anónimo dijo...

no es una mala idea.por un tipo que pensó algo parecido, empezó la caída de la rua..

Depende dijo...

Yo voy, yo voy, yo voy, me paro ahí, digo, grito, aplaudo, lloro (eso paga bien)...pero dale, tu propuesta es magnifíca.
Por una propuesta antihegémonica para la hegemonía de los escritores contemporáneos.