lunes, septiembre 22, 2008

Distintas versiones

el equipo ¿de los sueños?

Hace un tiempo, de tanto jugar al fútbol y rodearme de escritores desnudos en los vestuarios mientras me pegaba una reverenda enjuagada en las bolas, se me ocurrió que podía estar bueno hacer un torneíto de fúchibol. Allá, lejos y hace tiempo, el proyecto quedó colgado de los hombros del trotamundos Gustavo López quien tenía idea de armar un campeonato nacional e internacional de fútbol entre equipos de escritores. Nada de todo eso sucedió. Pero algo siempre queda.

Como la Vanguardia Literaria Open Gallo quedó frizada después de ciertos faltazos de grandes escritores que la conformaban surgió la idea de armar un único y místico equipo de fútbol que desafiaría a todo el campo cultural porteño en las canchas de 5 del imponente Open Gallo. Así, entre dudas y antidóping truchos, nacían Los Sin Techo.

El primer partido que jugamos fue contra los hermosos Llach. Gente con calidad, garra y hermosura física, no solo futbolística.
Fue sobre la hora.
Ganamos un partido inolvidable y, encima, como nunca, los pronósticos se perdían en la pestaña "Spam" del gmail para nunca más volver. Nos habían dicho que íbamos al muere y que jamás les podríamos ganar a tanto talento junto.

El segundo partido se armó contra el staff de la revista Rolling Stone. O algunos de sus redactores. Había verdaderos popes editoriales en aquél equipo y, aunque más atolondrado, la garra con la que nos jugaron casi nos lesiona un par de veces. Ponían mucho empeño en crear situaciones de gol y, hasta donde pude, atajé uno de los mejores partidos de mi vida. Todavía me acuerdo de Fabián preguntándose si de alguna manera podía reemplazar al Pato se me escapó porque me duele la costilla Abondanzzieri porque la cantidad de pelotas que había sacado le parecían de otro planeta. Muchas fueron palos y el otro gran porcentaje fue suerte. Pero lo cierto es que ganamos porque hicimos un gol más: o sea, yo paraba lo que podía pero nuestros delanteros Etoo y Casla, sumados a la eficiencia de Lingenti y el Hacha Brava Llambí Campbell hicieron que Los Sin Techo entrara por la puerta grande de la gloria futbolística amateur.

El tercer partido fue esta mañana, hermosa mañana de lunes. Ni caluroso ni fresco. Y después del puntapié inicial, la temperatura del caucho picado se levantó a niveles probablemente estimulantes. Pero hoy, nuestro juego fue superado.
Ganamos igual.
Pero fuimos una sombra de aquél equipo místico que reventaba los travesaños sobre la hora.
Y tuvimos suerte. Pato, el mejor jugador de los Pachamamescos, se lesionó y tuvo que atajar. Se atajó todo. O casi. Al final metimos dos goles al filo de los palos, con ángulos imposibles de tiro porque ya habíamos probado al medio, arriba, abajo, fuerte y suavecito y nada: la muralla capoeira las tapaba todas. Inclusive esas imposibles, esas que decís "cómo llegó", con el arco solo, la pelota dominada, el golpe suave para marcar el gol sin ser soberbios eran salvadas por un brazo estirado y una patita en el punto justo de estiramiento.
Los Pachamamescos, ordenados, con más pulmones que nosotros, con la gracia de la juventud todavía intacta, nos dieron el pesto de nuestra vida. Nuestra corta vida.

Creemos que las oraciones a Juan Baco dieron sus frutos y, entre oficio y pillez, les quitamos algo que se merecían.

Lo que estamos tragando, en estas horas de pura borrachera de tremebunda felicidad, es ese dicho que nunca falla: los goles se hacen, no se merecen. Y vamos bien... pero se ve el final de la cuerda... y estamos tirando con todas las fuerzas.


*

4 comentarios:

SL dijo...

ese partido no fue el que se suspendió?
por favor, no me jodas,los agarramos y los hacemos puré

sinonimo dijo...

doy fe.
incluso de que funes estuvo un tanto benigno, merecieron ganar y ganaron.

solo voy a comentar.
que federales hay de todos los colores.

llambi al terminar el partido dijo: buen partido muchachos, cuando quieran revancha.

y casas, altanero, nos espeto: aprendan giles, a jugar a la pelota se aprende leyendo a sartre.

nosotros y nuestra ebria juventud de 11 de la mañana eramos un monton de lesiones desparramadas en el area.

mateo,autoproclamado el peor jugador de la cancha,hizo valer su puesto citando a camus en voz baja "todo lo que se de moral lo aprendi jugando al arco"

Anónimo dijo...

sl, el partido no se suspendió. ustedes armaron desmanes cuando vieron que en el campo de juego la victoria les resultaría imposible. el tribunal nos dio el partido a nosotros, por los 2 goles de diferencia que teníamos a ese momento. además era tiempo cumplido.

simón, querido. jugaron bien. todavía me cuesta caminar...lo de la revancha fue un comentario en caliente...lo vamos a pensar aunque una de nuestras reglas internas es no dar revancha...


saludos,


Llambí

sinonimo dijo...

que desmanes?
que triubunal?
que reglas?
que llambi?
que ja ja?