una reflexión
Samanta Schweblin no tiene blog. Ella escribe, es una persona seria, según dicen y no, no la conozco. Tiene una página web imagino que armada por ella misma porque, según dicen, es diseñadora. Según dicen los periodistas que la entrevistan y las solapas de los libros que publica. Esas pequeñas bio.
¿Por qué puse que Samanta había sacado un blog?
Trato y quiero ser, todos los días, un escritor.
Trato y quiero, todos los días, inventar historias.
Y trato y quiero, todos los días, que se las crean.
Cuando un editor me pregunte si, por lo menos, mis historias son creíbles, les voy a pasar los comentarios del post de Samanta Schweblin. Son cuatro nada más pero algo es algo. Encima, los mensajes de texto no sirven. Esos no los voy a mostrar pero uno decía: "caí como el warnes, guacho". Muy buena frase, me hizo reír un rato largo.
Los que creen que hago promoción, los que flashearon que soy un periodista cultural o que este blog está hecho de citas a eventos culturales van a empezar a equivocarse a partir de ahora.
Sí está hecho, Funes.
Y tenés eventos culturales en el blog.
Tenéi razón.
Pero yo no quiero tener razón como los periodistas culturales ni estar más en la papa. Quiero escribir historias y ser creíble y me pareció la mejor manera de probarlo.
Ojo, por ahí ella tiene un blog
y no te lo dijo.
¿Ella sabe que pusiste eso?
No. Que yo sepa no sabe. Tampoco me escribió ningún mail.
¿No te conoce?
No, claro. Pero tiene mi mail seguro porque una vez chateamos dos líneas.
¿Y qué se dijeron?
-Hola, ¿vos sos Samanta Schweblin, la escritora?
-Sí.
-Ah, mirá, organizo un ciclo literario y quería invitarte porque hacemos lecturas de narrativa y sé que vos escribís narrativa y...
-Mirá, ahora estoy trabajando, ¿podemos usar el chat más tarde para esto? Porque lo uso para trabajar a esta hora.
-Sí, todo bien, claro. Perdón.
-No, no hay problema.
¿Y eso fue todo?
Eso fue todo. No la pude volver a contactar a "la tarde" y después pasó el tiempo y fue. Además, al mes siguiente la invitaron de tres lugares distintos y me cagaron "la convocatoria". Como ya "había conseguido" lugares dónde leer (o la habrán invitado como quise hacerlo en su momento yo y no lo logré de pura paja) y buscaba invitar escritores que no leyeran muy seguido, preferí convocar a otros.
No hace mucho, volví a ponerme en contacto con una persona que quiero mucho. Se llama Luciana Lamothe y la conozco hace como 6 años, ponele. Tiene unas búsquedas que me interesaron siempre. Y unas anécdotas de las que se aprende muchísimo. Es escueta para hablar pero cuando se larga, es un motor fuera de borda, man. El dato curioso que me vinculaba con esta chica de Mercedes, es que cumple años el mismo día que yo. Y varias veces nos juntamos a festejar copa en mano compartiendo los amigos y la fiesta algunos 25 de noviembre.
Ahora, hace muy poco, digamos, volví a contactarme a ella gracias a Cecilia Pavón. Parece que la Pavón recomienda lo que escribe un tal Claudio Iglesias, siempre. Este chico hizo una nota en Radar sobre una muestra de arte en la galería Ruth Benzacar y justamente eran obras de Luciana. Esta semana estaré por ahí, voy a conocer la galería y voy a ver en qué anda la perdida de Luciana. Nos volvimos a escribir a raíz de este hecho así que nos encontraremos a charlar y le voy a contar lo que se me ocurrió a partir del texto de Iglesias quien se estimuló a partir de su muestra Criminal.
Bueno, y Samanta cuando entra, querido.
Ahora.
Resulta que se me ocurrió que, como escritor, puedo mentir.
Decir mentiras está bueno.
Los más optimistas dicen que como escritor se puede ser otras personas y evocar sentimientos jamás sentidos o ajenos sin el menor remordimiento ni peligro hacia uno mismo.
Ahí el problema de los entusiastas optimistas: no querer problemas.
Los problemas están buenos.
Los problemas no están buenos.
Me imaginaba que por mentir, por escribir, por inventar historias, ya nadie tiene problemas, ¿no? Hay dos o tres ejemplos, escritores contemporáneos, que tienen problemas. Ustedes tendrán sus ejemplos, yo tengo los míos. Hoy en día, parece, escribir consiste en contar historias que mi mamá podría decir "ay, qué lindo"; o una señora decir "pero ¡qué! interesante historia", mientras toma el té de manzanilla sin azúcar o con dos gotitas de limón.
¿Entonces vas a empezar a mentir?
Exacto. Como debería haber empezado a mentir desde el principio. Como nunca debí dejar de hacerlo. Me pasa, ahora, que tengo credibilidad. Y claro. Me la paso todo el día, como un monito, haciendo research. Patético. Bah, bien, porque mucha gente se ve beneficiada y eso siempre está bueno. ¿Adónde podés "chequear información" sobre lecturas, por lo menos?
...en el blog de Funes...
Exacto.
Bueno, ya no.
Acá me gustaría que vinieran a buscar ideas. A creerse historias. Me gustaría que vengan creídos de que no me van a creer nada de lo que digo. Y me gustaría tomarlos de las narices y revolearlos de acá para allá.
Por ahora logré que perdieran su tiempo escribiendo comentarios: anónimos, agresivos, resentidos, alegres, estimulantes, agradecidos, whatever.
Como "dice" Samanta Schweblin Los que piensan que ser artista es un trabajo y no un hobbie.
Los que se cagan en la opinión del público aunque dialoguen con él.
Los que sienten con el alma y se exponen con el cuerpo.
Los que se cagan en la opinión del público aunque dialoguen con él.
Los que sienten con el alma y se exponen con el cuerpo.
Esos quiero imitar.
Quiero convertirme en eso.
Nunca sale al primer tiro. Y no tengo apuro tampoco. Pero me cansé de la del mono. Ahora el que venga acá no va a saber si lo que estoy contando es verdad o es mentira. Con Fede, una vez, pensamos inventar un ciclo literario. Invitar escritores totalmente desconocidos y colocar las fechas en la agendita.
Exacto.
La gente iba a ir pero no iba a encontrar nada. Desde "la numeración no existe" hasta arrastrar multitudes al MALBA diciendo que habían leído "por ahí" (o en el blog de Funes, claro) que hacían una lectura gratis y que te regalaban un vasito de vino. Una vez la hice sin querer. Se la hice a los chicos de El Quinteto. El otro día me hicieron acordar. Los invité a un bar que supuestamente estaba abierto y cuando llegué estaban los cuatro con cara de culo y apoyados en la persiana gris del bar. A mí me pareció gracioso. A ellos no.
¿Para qué mentir si nadie te cree?
¿Para qué hacerte creer que estoy mintiendo si ya sabés que estoy mintiendo? Si ya sabés que estoy tratando de crear una mentira creíble. ¿Adónde está el riesgo? Por ahí los cráneos de la literatura no están en esto y les parece una estupidez. La verdad, me nefrega. Los cráneos saben que acá no tengo nada para ellos. Que no escribo pensando en ellos.
Esos comentaristas anónimos también saben que no escribo para ellos, por eso se molestan. Me los paso por la peluca que no tengo. Y después los tiro.
Y, por ahora me funcionó las pocas veces que lo hice.
Y si puedo guardar el secreto puedo inventar grossos personajes.
Vamos a ver cómo sale.
Por lo pronto, me quedo contento ahora porque me doy cuenta que todo este post es una mentira. Todo esto que acabo de pensar durante 10 días puede ser mentira. La mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira.
Por ahí alguien me cree..
Quiero convertirme en eso.
Nunca sale al primer tiro. Y no tengo apuro tampoco. Pero me cansé de la del mono. Ahora el que venga acá no va a saber si lo que estoy contando es verdad o es mentira. Con Fede, una vez, pensamos inventar un ciclo literario. Invitar escritores totalmente desconocidos y colocar las fechas en la agendita.
¿otra mentira?
Exacto.
La gente iba a ir pero no iba a encontrar nada. Desde "la numeración no existe" hasta arrastrar multitudes al MALBA diciendo que habían leído "por ahí" (o en el blog de Funes, claro) que hacían una lectura gratis y que te regalaban un vasito de vino. Una vez la hice sin querer. Se la hice a los chicos de El Quinteto. El otro día me hicieron acordar. Los invité a un bar que supuestamente estaba abierto y cuando llegué estaban los cuatro con cara de culo y apoyados en la persiana gris del bar. A mí me pareció gracioso. A ellos no.
¿Para qué mentir si nadie te cree?
¿Para qué hacerte creer que estoy mintiendo si ya sabés que estoy mintiendo? Si ya sabés que estoy tratando de crear una mentira creíble. ¿Adónde está el riesgo? Por ahí los cráneos de la literatura no están en esto y les parece una estupidez. La verdad, me nefrega. Los cráneos saben que acá no tengo nada para ellos. Que no escribo pensando en ellos.
Esos comentaristas anónimos también saben que no escribo para ellos, por eso se molestan. Me los paso por la peluca que no tengo. Y después los tiro.
¿Pero así te van a creer?
Y, por ahora me funcionó las pocas veces que lo hice.
Y si puedo guardar el secreto puedo inventar grossos personajes.
Vamos a ver cómo sale.
Por lo pronto, me quedo contento ahora porque me doy cuenta que todo este post es una mentira. Todo esto que acabo de pensar durante 10 días puede ser mentira. La mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira de la mentira.
Quién te dice
Por ahí alguien me cree..
*
15 comentarios:
Funes, darling, calculo que te halagará saber que simepre pensé que podía ser mentira. no lod e Samantha sino todo. no te parece raro que siempre que voy a algún evento publicado acá te mando un mensajitto de texto antes, confirmatorio? Me da terror que sea mentira, pero siempre creí que podía ser así.
Ah! como frutillita del postre involuntariamente anduve divulgando una mentira sobre vos. Con ayuda imaginaria de Levin. Ya te conté. Ah! si te llega el rumor lo circulé yo: era mentira.
te contaré, no te conté-
ah, honey, te estoy preparando un cd pour toi, con musica de misil y demases. a ver cuando nos vemos y te lo doy.
Entré como un caballo, todo hay que decirlo.
Jajajaja!
Creo que me caés tan bien por cosas como ésta.
Qué guacho!
qué estupideces
Yo fui uno de los que preguntó por el blog.
El otro día te comparaste con Pergolini, esto ya lo hizo Orson (más zarpado), pero también lo hizo Pergolini con la muerte de un tal.
¿Y si hacés un blog fingiendo que sos Samanta y ponés todo lo lindo que decías que ponía ella?
Yo caí, Funes. Y estaba a punto de preguntarte la dirección del blog. Pero soy tan boludo que pensé que no la dabas porque era "para elegidos", "para unos pocos" o para "amigos de Funes". Lo peor de todo es que, cuando pusiste la dirección de la página, entré y dije: "¡Ah, pero yo este BLOG ya lo conozco!". Algunas mentiras son tan alegres que uno las quiere creer, porfiado.
¿Amy?
Qué pasó con María... bueh... puede ser que todo sea mentira... en realidad ¿y si todo es un sueño? ¿y si en el sueño soñamos que agarramos una rosa? ¿y si despertamos y en la mano tenemos esa rosa?
¡ah!
eso... no sé de quién es... pero con esto de qué es mentira y qué no... se me vino a la cabeza.
Dale con el cd que pronto nos vemos por ahí...
Y lo del rumor; no me llegó nada.
Tres grosso amigo... que no decaiga! Abz
Cassandra ¡guacho al cuadrado! Gracias por el aguante...
anónimo cráneo ¡fuera de aquí!
Felix no es mala la idea. Lástima que ya está... pero no es mala... la podríamos hacer con otrx tipx. Lo de Pergolini me lo acuerdo. Tampoco me acuerdo el tipo que dijo se murió. Y lo de Orson, son palabras mayores.
Enzo a mí esas direcciones no me llegan porque los quemo vivos. Siempre pongo la posta... algunos ya saben que no puedo guardar secretos... já: porfiado... me hiciste acordar a Diego Vigna, no sé por qué.
un abrazo alegre, Enzo
ay... deje de tomar paco y adopte el skunk, señor mío.
no pude encontrar tu cubil en el rojas cuando fui a bs as la última vez.
¿tu existencia es verdadera o es tb una fabulación?
buena historia: un fabulador que fabula su propia existencia.
jeje, si escribo el cuento te lo dedico y le pongo "un tal funes".
besitos.
cuac,,, creo q me perdí entre mentira - verdad
cariños
ah! apasionante, hasta lei el post donde empezó toda la mentira, es como un folletín por entregas, espero que continúe.
funes si vos dejas de ser la agendita de los ciclos holacomoestasllegofunesvistequeortotieneesaminita, no creo que venga tanta gente.
no renieges de tu papel de agenda informativa de ciclos, deja la literatura a los que escribiste en la aguja.
en fin, se viene tu cumple en poco felices 30 abuelito!!!
che, amy te està tirando onda, a ver si te vas avivando.
perdon por el que quizàs sea un exceso de confianza pero no les guardo el menor respeto a los mentirosos con pruritos.
igual veràs que todo te lo digo con cariño, porque te quiero y te quiero ver feliz.
pero no demasiado.
segui escribiendo este magazine que nos gusta que nos mientas.
eyyy ninio, igual creo que para que una mentira funcione no ta tan bueno anunciarla: guarda que de ahora en más miento... a menos que necesites el back up, como la letra chiquita de un contrato.
eso sí, ¿te acordás el cuento? a pedrito se lo comieron los lobos.
beso!
hola! ja, yo leí ese post, también me creí lo de ese blog. La muerte que inventó pergolini era la de phil collins.
besos
Emilie
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