miércoles, abril 15, 2009

Matemáticamente hablando

Auspicia este post
Los Mudos

A veces el 15 viene después del 2. En general, el 2 viene después del 1. Es obvio que cuando el 15 viene después del 2, la frikiamos. Desde Papá y Mamá (o la tía en el caso de que seas un huerfanito / huerfanita) hasta la Escuela, el barrio, y los medios de comunicación (¿vieron? Puse medios de comunicación en lugar de Estado. Je.) nos enseñan cierta progresión. Una cantidad de hechos previsibles que construyen uno a uno el encadenado de la "edificio" que uno llama... uno llama... ¿Cómo se llama eso que uno construye a lo largo de toda la vida? No hablo de nada material, eh. Bueno, algún filósofo me ayudará.

Entonces, si pongo el agua en el fuego, para los mates, al rato hierve. Eso es imposible de evitar. ¿Es imposible? Bueno, ponele que sí; estamos de acuerdo en algo: es imposible.
Ese es otro temita: cuando todos estamos de acuerdo en algo no hay nadie que pueda mostrarnos otra posibilidad. ¿Nocierto? Todos estamos de acuerdo en que si ponemos el agua en el fuego al rato hierve. Habrá que tratar de no usar agua estancada o con cloro. Lo más probable es que hierva tarde o temprano. De eso estamos seguros; hierve.

Pero a Juan Seguro se lo llevaron preso. ¿Por qué? Porque un día apareció El Artista.

El que vino a mostrar otra posibilidad. Un Artista que además es Creador. Un Creador que además genera varios mundos. Y es ese tipo solo el que conoce el comportamiento de ese mundo. Ese mundo con personas y lugares, objetos y sensaciones que nadie más que el Artista o Creador conoce. Un mundo en el que el 6 viene después del 2001. O el 120 es tan importante como el 90. Un mundo en el que las prioridades son exclusivamente bizarras o de difícil entendimiento.

Pero ¿para qué se mete uno en mundos que no comprende?

Bueno, tampoco hay tantos artistas. Leyendo escritores, conociendo sus mundos, me doy cuenta de que muy pocos se animan a crear espacios nuevos para el pensamiento, sino más bien, crean situaciones que uno sabe cómo van a terminar. No sólo cómo terminan: uno adivina qué palabras van a ir seguidas y cuáles separadas. Leer se transforma en un acto de confirmación de una realidad que para muchos puede ser sorprendente. Leer en lugar de mirar por la ventana. Leer en lugar de escuchar la radio o ver la tele. ¿Ven? Ahí tienen: ¿cómo vas a escuchar la tele? ¿Se puede? ¡Hell, yeah! ¿Pero cuántos se copan en escribir ver la radio? No muchos, porque van a decir que estás hablando de varias cosas: estamos en una Estación de Radio desde donde transmiten el programa. Ponele que esa sea una explicación de las posibles para entender la frase ver la radio.

Pero... ¿dónde radica el miedo que provoca escribir ver la radio?
Obviamente, en que no todos van a entender una misma cosa de esa "ambigua" frase. No vamos a estar de acuerdo. Y eso, hoy en día, con la enorme influencia del concepto de "mercado" y "rating", que todos tengamos una visión o explicación posibles diferente, es inadmisible. Repito: inadmisible.

A medida que me llegan libros a la editorial entiendo cada vez más a muchas personas pero también noto que muchos escritores hacen más de lo mismo y esos textos vuelven mi tiempo, mi trabajo, mi forma de dialogar con el mundo, cada vez más infructuosa y previsible. Si escribís un texto para fotocopiar la realidad por qué no te comprás una cámara de fotos y comprás rollos a color. Te va a ir mejor. O una cámara. Claro, me vas a decir: muy caro. Y ahí otra cosita en la que estamos de acuerdo: el que más plata tiene, más cosas hace, más cosas puede, ¿no?

¡No!

Para desgracia de muchos y consuelo de tontos algunos escritores son más matemáticos que artistas. ¡Ahí está! ¡Si te gusta tanto la matemática, estudiá matemática! ¡Querés ser matemático! Poner el 1, poner el 2, después el 3, el 4... ¿no?

¡Exactas, queridx!
¡Exactas!

Cuando me fumo un porro, me clavo una birra o me siento a comer o chupar con mis amigos del Quinteto de la Muerte, huyo de la realidad. Me meto en un mundo distinto donde no hay cosas que no me gusten. A mis amigos los quiero, mis amigos me quieren, como, tomo, escucho, aprendo, aconsejo, me río, me río, me río. Tampoco es cuestión de escribir para huír de la realidad pero a cada santo con su monaguillo. Huír de la realidad no está mal. Poner la realidad en un papel tampoco está mal. No hay nada que esté mal o esté bien, ¿nocierto? Todo es posible, nothing impossible.

¡Nocierto!

Todo es posible, sí; siguiendo el camino que te lleva a que eso sea posible. Garchar en lugar de mirar una porno o mirar una porno en lugar de garchar te frustra. Vos querés una cosa y conseguís otra. ¿No te pasa? Dale... ¿no te pasa? ¿Que quisieras ver una porno en lugar de garchar o querés acariciar un cuerpo en lugar de la pantalla?
Los libros que me gusta leer, recibir en la editorial, estudiar para crecer como escritor, son los libros o textos o frases de artistas que descubren un camino alternativo para lograr un objetivo específico. Escritores que crean realidades, mundos, personajes de manera que cada cosa tenga un relieve tangible, que parezcan reales, que me provocan chispa en las neuronas. Esos son los que me gustan: los que juegan.

Por ejemplo, cuando lo veo tocar la guitarra Facundo Gorostiza, me da una sensación de felicidad y alegría enormes. A él no le importa si vos te estás divirtiendo; él se divierte de a tarros. ¿Probaste pararte a lado de alguien que se ríe a carcajadas? No tardás mucho en reírte vos también. Es contagioso. El talento de Facundo Gorostiza, su interpretación, también es contagiosa.
En cambio, cuando lo veo a Riquelme patear una pelota, me da ganas de aprender las reglas del tenis. Qué cara de culo, por Dios. ¿Tan feo es lo que estás haciendo? Antes lo miraba, siempre lo vi jugar, junto al Payasito Aimar... ¿alguno se acuerda cómo se reía dentro de la cancha? Pero ahora no; le falta alegría.
Y claro, si no lo disfruta.
Entonces, volviendo; ¿por qué no invitar a esos escritores que no disfrutan un carajo lo que hacen, que se la pasan oliendo mierda con la cara, a que se dediquen a disfrutar? ¿No querés sacar fotos? ¿No querés ponerte un kiosco? ¿Modelar? ¿Armar bombas? ¿Coger?

*

Me aburro muy seguido.
Eso es un hecho: la mayoría de las cosas que evito son del tipo "previsibles". No evito cosas difíciles. Al contrario, creo que las difíciles me gustan. Pero cuando me aburro, cambio. Los Mudos lleva 3 años. Y este es el cuarto. Y venía medio aburrido al final del año pasado. O no tanto pero a punto. Este año cambió. Y la vez pasada estuvo bien (un par creen que fue la mejor en la historia de Los Mudos) pero creo que esta noche, porque va a ir más gente, será mejor que la anterior. Y para esta noche tenemos planeadas un par de cosas complejas...

...pero puta
...qué bien la vamos a pasar.


*

3 comentarios:

Nicolás dijo...

Don Funes, habla de un imposible... Esos escritores están preocupados por mantener una barba tupida o cuidando que su traje se vea mal, y que el pelo se mantenga revuelto para mantener una pose de escritor... Es pura careteada.

Me atrevo a dejarle una cosita de Tuñón, permiso:
"Madre, me fui detrás de los obreros cantando. Vamos a dar la vuelta al mundo cantando y no queremos que Gandhi muera por nosotros -ese hombrecito rídiculo con la chiva y las oraciones- y nos reímos de Wells y de todos los pensadores sublimes..."

Salud!

Unknown dijo...

Interesante lo de Tuñón.
Salú para usté tambié.

:p

Lima dijo...

Bien dicho, amigo Funes...

Solamente espero no haber sido de los que lo aburrio...

aunque algo en el corazon me dice que si

Jonatan Lipner