martes, julio 28, 2009

Sin título



En mi cabeza crece un árbol.
Frutas para las que no hay una designación en este mundo.
Los que vieron los estigmas creyeron y lloraron porque habían
visto las ventanas de la gran casa, donde todo es rechinar de dentaduras.
Todo es desconocido y todo hace llorar.
Yo soy ciego pero reconozco la luz.
Y camino en sueños, por el camino ancho.
Y en sueños oigo voces que no son del mundo de las ideas.
Estaba en la nieve, caminando por un campo nevado hacia una casa
donde estaban haciendo un asado.
Todavía camino y espero llegar y subir los escalones y decir mi nombre.


*