Salir del placard

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Cuento: Makimonkey
−no figura el seudónimo−

[ fragmento ]

A la noche Romina contó que se había enterado por una amiga lo del desfile y dijo algo así como que tenía al hermano más lindo de todo Capilla del Señor. Casi la mato. Obvio que mamá se puso como loca y sacó la agenda y anotó NACHO MODELA en letras enormes el día de la fecha. Papá se la pasó diciendo cosas como “a quién habrá salido este chico”, “la facha la heredaste de tu padre” y “me tenés que agradecer toda tu vida”. Un pesado. Lucio estaba más bien callado.
¿Se habrá puesto celoso porque él terminó el colegio sin haber desfilado para el desfile de la primavera? ¿O seguirá carburando sobre lo del otro día y por eso se mantiene al margen?

No quiero ni pensar.

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Un acercamiento certero a la mente de un adolescente descubriendo sus límites y los de su familia. Una relación peligrosa para las costumbres de su querida y ejemplar familia. Con sutileza y un registro entre divertido y temeroso el diario personal se lee como una película de acción. Las preguntas que genera el autor y las que resuelve preguntarse el personaje principal, su relación con un hombre mayor, la sabiduría de quien se sabe fuera de un sistema amansador y homofóbico dan al texto una importancia vital. Gran cuento al que habrá que pulir dos o tres acentos.

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