Dedicado a Ignacio Molina
La corriente literaria de vanguardia Open Gallo
Loyds nació en el barrio norte de la ciudad de Buenos Aires en el año 1972. Allí vivió casi ininterrumpidamente hasta los 30 años. Escribe poesía y narrativa. Publicó Minimaloyds en 2006, su primer libro de poesía. Participó en distintos grupos de trabajo coordinados por el poeta Santiago Llach y en distintas lecturas en la casa de la poesía, en el ciclo “Los mudos”, tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el interior del país, en las ciudades de Córdoba y Neuquén. Forma parte, además, de la corriente literaria de vanguardia “Open gallo” junto a los escritores Pedro Mairal, Juan Diego Incardona, Lucas Funes Oliveira y Juan Terranova, entre otros.
Hace unos días me di cuenta. Fue en un momento de excitación porque tenía el libro de los barrios en mis manitas temblorosas y se me ocurrió revisar el asunto de los currículums vitae é y encontré que soy el único que pertenece a ese grupo literario.
A un amigo, que le pega con la zurda de manera demoledora si la agarra en el aire, se le ocurrió algo genial: la corriente literaria de vanguardia open gallo.
Ese amigo un día se fue de viaje. Andá a saber qué razones de mierda lo alejaron de esta ciudad hermosa, húmeda, contradictoria, olorosa, histérica, hermética, inasible, descontrolada, violenta y tramposa.
Lo cierto es que ahora, ese ahora en el que estoy temblando con el libro en mis manos, llega la imagen de la parrillita de Christian, la desm(p)edida, las chicas sacando fotos, los goles que me hizo, las risas en la mesa con los poetas, el cigarrito negro siempre listo que fumaba para dejar de fumar (y claro, hasta en eso se parecía a la ciudad que dejó), las velas y pipas llenas
repletas
rodeadeas
inundadas
de marihuana que nos fumábamos en compañía de quién sabe quiénes.
Releo y parece que se hubiera muerto.
(Me gusta releer, me di cuenta)
Y nada más lejos que Loyds muerto. Loyds es un súper héroe: es Súper Loyds. Nunca se va a morir. Porque cuando uno se acuerda de alguien (¿dónde lo leí?) ese alguien revive: si hasta me lo imaginé a mi lado riéndose del chiste. En ese barcito de Lerma y Canning donde brindamos con Oyola por la salida de esa piña en la boca, Loyds sacaba un habano y bebía de la Schneider rubia más o menos fría que la vieja amarga nos había servido.
No, no, no: Loyds está más vivo que nunca y encima en ese lugar de mierda que me lo llevó la está rompiendo. Hasta Juan Guinot se lo cruzó y recibió una copa de manos de Loyds en el Bukowsky.
No, no, no: Loyds está vivo y parece contento.
Y yo me acuerdo de vos, querido. Porque te acordás que íbamos a volver locos a los bloggers con esas historias... Y habíamos empezado fuerte con el pete de mi gorda (que no era tan gorda, ahora que lo pienso) en el Parque Lezama
¿y no va que leo a Cucurto
contar de un poeta que le hace un pete en el mismísimo Parque a metros del renovado y Kirchnerista Bar Británico?
Sí, chiste interno.
Pero la íbamos a romper, ¿no?
¿En qué andarás?, me pregunto siempre. Te iba a escribir una carta... te voy a mandar un libro. Bueh y muchas cosas más. Te voy a esperar en Retiro, así viajamos a Neuquén para brindar y nadar en el Limay con la pomada literaria de la Seattle argentina, como diría Levín.
Espero que en algún momento te vengas... yo no me veo arriba de un avión hace bastante tiempo. ¿Te acordás mi casa? Bueno, parece que la abandono, se complica conseguir inquilinos. Pero le vamos a poner onda... si algo me enseñaste Súper Loyds es que hay que ponerle onda.
Yo no se cuánto de esto se dirá más adelante, cuántos me negarán 3 veces antes que cante el gallo, cuántos seguirán escribiendo o cuántos nos ningunearan salvo para esos 15 minutos de fama. Yo te aseguro, mon ami, que no voy a perdonar que no volvamos a compartir un pucho y mucho menos una cerveza
bien
bien
fría.
5 comentarios:
ya volverá el muchacho y tomaremos cervezas después de un fulbín en lo mejor de la vanguardia de open gallo
che sho me sumo tambien (de colada nomás)
concha e tu madre funes
q me hiciste llorar chaval !!!
un fuerte abrazo madrileño
ya nos tomaremos esas birras
Sumada, Tatis.
Loyds siempre parece contento.
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