jueves, febrero 28, 2008

Largo camino, pequeño saltamontes - Ocho

-Mi nombre es Lucas, ¿y el tuyo?.
-Amanda Federico.
-¿Federico? ¿No hay un actor conocido que se llama Federico?
-Un músico, toca el bandoneón. Mi mamá me dijo que mi papá desapareció cuando yo nací.
-Por ahí no es tu papá, por ahí es tu tío.
-Tengo dos tías; Rosa y Susana.
-¿También Federico?
-También Federico. No me dijiste tu apellido.
-Ah, claro, perdón; Foguil.
Amanda sonrió y se agarró la viscera. Pensé que se sostenía la gorra porque se le caería de la risa.
-Me gusta tu apellido- tomó el tacho con el pie y lo acercó para meter el trapo de piso- me gustaría tener un apellido como el tuyo. El mío es un nombre que se la da de apellido.
Una señora que oía nuestra conversación pero nos daba la espalda, se dio vuelta y le preguntó si tenía que bajar para pedir más café o ella se lo podía traer.
-Ahora pido que le traigan, Señora- bajó la cabeza y se tocó la viscera en gesto claro de hasta luego. La Señora, hermosa y muy bien perfumada, me miró de soslayo una milésima de segundo, que fue lo que tardó Amanda en volver.
-¿Querés cambiar la cara de zombie, Foguil?- me tomó por sorpresa. Miraba la espalda bronceada de la Señora que esperaba el café y me daban ganas de acariciarla. -Te regalo un café, Foguil.
Cuando vino la Encargada del local a servir el café a la Señora hermosa, Amanda le pidió un vaso para mí y, con el secador en la otra mano, me sirvió con una mueca apenas triste. La confundí con una sonrisa y le dije que si no fuera por el olor que se me impregnaba en la ropa de trabajo, comería abajo. Me contestó con un leve cabeceo antes de irse:
-Pedí café para acompañar el almuerzo. Así puedo servirte varias veces.
La Señora hermosa se dio vuelta y miró con una furia envidiable a mi proveedora. Le sonreí para seducirla y me escupió con los ojos. Casi me mancha.
Amanda ya se había ido pero en el recuerdo se hacía más vívida. El mínimo intercambio me había servido para guardar una cantidad enorme de detalles que servirían para protegerme de la Señora hermosa que cada tanto resoplaba con los pulmones llenos de mierda y envidia.
-Si no fueras tan linda- susurré lascivamente- te daría una patada en la cabeza ahora mismo.
No, no; no me escuchó para nada. Soy un caballero.

*

uno / dos / tres / cuatro / cinco / seis / siete

*
aviso: próximo capítulo,
lunes 3 de marzo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Pedí café para acompañar el almuerzo. Así puedo servirte varias veces."

esa chica es un ángel.

Y lo que hiciste no es de caballero. Es de cagón. jajaja.

un placer leerte.

Saludos!

Anónimo dijo...

en entregas y con fecha de salida, qué autobombo!!

Anónimo dijo...

expliquece compañerop